Pocos de los millones de peruanos que este domingo votarán por Keiko Fujimori lo harán con gusto por la candidata.

Es un ejemplo de las malas prácticas de la política en Perú, reconvertida ahora en la esperanza para salvar el “modelo” económico y social instaurado por su padre.

En pocos lugares sería viable la victoria de una candidata acusada de delitos de organización criminal y lavado de activos por los que la Fiscalía pide 30 años de prisión.

Menos aún si esa candidata pasó más de un año en prisión (octubre 2018- mayo 2020) ante el temor de la Justicia de que interfiriera con sus redes políticas en las investigaciones que se siguen en su contra.

La candidata además está a las puertas de un juicio, que sólo evitará si accede a la presidencia y obtiene inmunidad legal.

“Por Perú y contra el comunismo”

Fujimori, de 45 años y con estudios universitarios de administración de empresas en EEUU, es una ilustre veterana de la política de país, en cuyo centro ha vivido desde pequeña.

Es también consciente del hecho de que su mayor rival para la presidencia -que disputa con el candidato izquierdista Pedro Castillo- es ella misma.

Su candidatura fue articulada en los experimentados cuadros de Fuerza Popular y respaldada de forma unánime.

No tiene contrapesos por toda la derecha económica y social, ni por la gran mayoría de los medios de comunicación. En esta segunda vuelta Fujimori no pide votar por ella, sino por el Perú y contra el “comunismo”.

La conspicua K mayúscula naranja que ha sido su lema desde hace años, se transformó en una camiseta de la selección peruana.

Su único programa claro es “la defensa del modelo económico” ante Castillo, que propone una transformación completa del sistema instaurado por Fujimori padre en 1993.

Fujimori en Perú

la candidata del partido derechista Fuerza Popular es también la hija y heredera política del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000).

En su tercer intento por convertirse en la primera mujer al frente del Estado, apuesta por la permanencia del modelo económico neoliberal y la carta magna vigente desde 1993, aprobada en referéndum pero fruto del “autogolpe” de Estado cometido por su padre.

“Después de lo que nos ha tocado vivir, yo estoy a favor de un indulto y prefiero decirlo así, abiertamente, como también lo dije abiertamente cuando estuve en contra apostando por la vía legal y constitucional”, afirmó Fujimori en una entrevista respecto de su padre.

“Salvar al país”

La candidata fue consultada en diversas ocasiones por sus dos anteriores derrotas y de por qué insiste en ser presidenta.

“Mi intención es salvar a los peruanos de la muerte y del hambre que está pasando en nuestro país. Ese propósito me he trazado. Vamos a trabajar por recuperar la vida y la economía”, mencionó.

Agregó que “la tragedia sanitaria y económica me hace recordar los años del terrorismo y crisis económica. Es una situación muy dramática y el fujimorismo ha demostrado tener la capacidad para poder sacar adelante a nuestro país”.

“Millones de familias están pasando hambre y se organizan a través de ollas comunes. La situación es muy dramática. Hay hambre y la pobreza ha aumentado”, finaliza la candidata.