La máxima autoridad sanitaria de Brasil, epicentro global de la pandemia, informó este sábado que tomó una serie de medidas para evitar el desabastecimiento de oxígeno y medicamentos para los pacientes más graves con covid-19.
La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) eliminó en la práctica burocracias para el registro, distribución e importación de fármacos que son utilizados en las unidades de cuidados intensivos (UCI) y que estaban empezando a escasear en algunas zonas del país.
También autorizó con carácter temporal y excepcional el uso de cilindros industriales para rellenarlos con gas medicinal, a fin de “aumentar la oferta de abastecimiento” de oxígeno a los hospitales, según indicó en un comunicado.
Las UCIS de buena parte del sistema público de salud están colapsadas o cerca de ello en buena parte de Brasil, que vive el peor momento de la pandemia con un promedio diario de muertes por covid-19 por encima de las 2.000 desde hace dos semanas.
En los últimos días, diversas entidades médicas venían alertando de la falta de insumos médicos, como sedativos, anestésicos e incluso oxígeno, en algunas localidades, algo que ya ocurrió en enero pasado en el estado de Amazonas.
Entonces, se estima que al menos 50 personas murieron asfixiadas en Amazonas por falta de oxígeno, según la Fiscalía, que a partir de ahí inició una investigación por la presunta “omisión” del ministro de Salud saliente, Eduardo Pazuello, en esa crisis.
De Amazonas es originaria la variante del coronavirus conocida como P.1, que es hasta tres veces más infecciosa, según el Ministerio de Salud, y que se sospecha que está detrás de la explosión de casos y muertes en todo el territorio nacional.
En el otro extremo del país, las autoridades del estado de Rio Grande do Sul notificaron en la víspera la muerte de seis personas con covid tras “problemas en la distribución de oxígeno” en la región metropolitana de Porto Alegre, la capital regional.
En Sao Paulo, la ciudad brasileña más golpeada por la pandemia en números absolutos, con casi 600.000 positivos y más de 20.000 muertes, una decena de pacientes fueron transferidos la pasada madrugada a otro hospital debido a un retraso en la entrega de cilindros de oxígeno por parte de la empresa responsable.
En ambos casos, las autoridades locales remarcaron que no fue por falta de oxígeno y sí por un problema en la línea de suministro.
Con casi 12 millones de casos y más de 290.000 muertes acumuladas, Brasil es el segundo país con más infectados y fallecidos asociados a la covid-19, solo superado por Estados Unidos, aunque recientemente se ha situado como la nación con peores estadísticas diarias de la pandemia.
La campaña de vacunación empezó a mediados de enero, pero marcha a cuentagotas y apenas han recibido la primera dosis un 5,5 % de los 212 millones de brasileños, y la segunda apenas un 2%.