El atroz caso de violación de una mujer y el asesinato de su hijo de apenas 4 años que conmocionó a Argentina, parece estar camino a dilucidarse, luego que la víctima identificara el sábado a uno de sus agresores, quien confesó el crimen.

El hombre había sido detenido el viernes junto a otro sospechoso -un adolescente de 16 años-, pero fueron puestos en libertad por falta de pruebas y debido a que la mujer no pudo realizar el reconocimiento de los victimarios.

Según se indicó, el sospechoso tenía golpes y arañazos en la cara y además le habían encontrado zapatillas y ropas con manchas que parecían ser de sangre al momento de su primera detención, pero curiosamente y sin esperar pericias, el juez Oldemar Villa dispuso a las pocas horas que los dos detenidos fueran liberados, contra la opinión de los investigadores, afirmando que “no había razones para que no siguieran en libertad hasta la rueda de reconocimiento”.

El primer intento de ese reconocimiento debió suspenderse porque la víctima se descompensó, pero cerca de la medianoche se pudo realizar y la mujer identificó a uno de sus atacantes, justamente uno de los sospechosos que habían sido liberados. Luego en la sede policial habría admitido también la autoría del demencial suceso.

El tema fue anticipado por La Opinión Austral, que consignó que el magistrado había ordenado el viernes 21 de febrero la liberación de ambos sospechosos, pese a que en los allanamientos se había encontrado ropa con manchas presuntamente de sangre y que junto a los sospechosos estaba un perro con el pelo ensangrentado, animal que María Mercedes recordaba haber visto la tarde que fue atacada por los dos hombres.

La mujer de 44 años y su hijo Santino de 4 fueron sorprendidos en una playa cercana a Puerto Deseado en la provincia patagónica de Santa Cruz, donde el menor fue asesinado a golpes y la mujer violada. Los atacantes golpearon con piedras a la mujer y la dieron por muerta.

El terrible episodio derivó en numerosos allanamientos el pasado viernes, en un barrio de las afueras de la ciudad conocido como “La Favela”, se inspeccionó a varios hombres y dos de ellos quedaron detenidos, por su parecido con los identikit confeccionados en base al testimonio de la mujer agredida, y porque tenían lesiones en la cara.

El testimonio de mujer dio además un dato clave: dijo que uno de los atacantes le decía al otro que tenían que matarla porque “no quería volver a la cárcel”, lo que delimitó la búsqueda a un grupo específico de ex convictos.

Los dos detenidos habían sido aprehendidos el viernes, pero liberados horas después “por falta de requerimientos probatorios”, aunque permanecieron con una custodia policial. Tanto el detenido como su presunto cómplice son de Puerto Deseado: uno de ellos fue reconocido por la mujer, confesó el crimen, y el otro tiene apenas 16 años.

Un gran grupo de vecinos se congregó en Puerto Deseado para reclamar justicia, recordando además otros hechos de inseguridad en la zona. Según señaló La Opinión Austral, luego de la confesión de los uno de los detenidos, para el juez Villa se habría tratado de “un crimen por odio de género”, y pidió “calma a la sociedad”, afirmando que están trabajando “de la mejor manera posible”.

El dramático hecho de violencia ocurrió el pasado jueves, cuando María Mercedes y Santino caminaban en una zona denominada “Cueva de los Leones”. La mujer fue reducida a golpes, llevada junto a su hijo hacia una zona cercana a la playa y el niño asesinado a golpes.

La autopsia constató que el niño murió por una hemorragia interna causada por “politraumatismos de cráneo realizados con un elemento contundente”. Los resultados de la autopsia fueron dados a conocer por el ministro de Seguridad de Santa Cruz, Lisandro de la Torre. Luego de violar a la mujer y golpearla con una piedra en la cabeza, los delincuentes la creyeron sin vida y escaparon del lugar.