El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, admitió este sábado que pidió condecorar como “héroe” en 2005 a un miembro de una milicia parapolicial de Río de Janeiro sospechosa de haber orquestado el asesinato en 2018 de la concejal negra Marielle Franco.

Adriano Magalhães da Nóbrega, presunto jefe de la milicia “Oficina del Crimen” y abatido por la policía el domingo pasado, recibió la máxima condecoración del estado de Río hace 15 años por iniciativa del exdiputado y actual senador Flavio Bolsonaro, hijo del mandatario ultraderechista.

“Yo pedí a mi hijo condecorar [a Nóbrega], para que no haya dudas. Él era un héroe, yo lo ordené, pueden poner eso sobre mí”, aclaró Bolsonaro en una conferencia de prensa en Río de Janeiro, según citas del portal de noticias G1.

Tras permanecer más de un año como fugitivo, Nóbrega murió a manos de la policía en el estado de Bahía (nordeste) tras intercambiar disparos con uniformados durante su captura, según la versión policial.

Flavio Bolsonaro, que en 2005 era concejal de Río, otorgó la medalla de Tiradentes a Magalhães da Nóbrega, excapitán del batallón de élite de la policía militar de Río (Bope), pese a que estaba en prisión desde 2004, acusado de asesinar a un cuidador de autos que había denunciado a las milicias.

Bolsonaro, que en aquella época era diputado, justificó este sábado que Nóbrega era un “héroe de la Policía Militar” y que en 2005 no tenía ninguna sentencia en firme. “Como cualquier policía militar en operaciones mata a delincuentes, mata a narcotraficantes”.

“Las personas cambian para bien o para mal”, expresó el mandatario, quien como diputado ya defendió a Nóbrega.

En marzo de 2018, Marielle Franco, que era concejal de la ciudad de Río, fue asesinada cuando su automóvil fue acribillado a balazos en el centro de la ciudad. Tenía 39 años.

Lesbiana, nacida en una favela, militante del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), Franco denunciaba las atrocidades de las milicias paramilitares que propagaban el terror en distritos de Rio.

La policía detuvo a dos sospechosos del crimen, ambos expolicías militares: Ronnie Lessa, de 48 años, presunto francotirador, y Elcio de Queiroz, de 46 años, acusado de haber conducido el vehículo que persiguió al de Franco.

Los investigadores aún no han identificado a quienes encargaron el asesinato, pero la principal sospecha apunta a la “Oficina del Crimen” (Escritorio do crime), una poderosa milicia paramilitar presuntamente liderada por Adriano Magalhães da Nobrega.

Según el diario Estado de Sao Paulo, Magalhães habría comunicado a sus abogados su temor de ser asesinado para “hacer desaparecer pruebas”.

El miércoles pasado, la justicia brasileña bloqueó la cremación del cuerpo del presunto jefe parapolicial “en caso de que se requieran nuevas diligencias” para establecer las circunstancias de su muerte.