El gobierno de Bolivia descartó este viernes en la noche ordenar una operación militar para someter a los policías que se rebelaron contra el presidente Evo Morales en tres ciudades del país, anunció el ministro de Defensa, Javier Zavaleta.

“No se va a hacer ninguna operación militar en estos momentos, eso está totalmente descartado”, declaró Zavaleta a la prensa después de que se amotinaran unidades de policías en las ciudades de Cochabamba (centro), Sucre (sur) y Santa Cruz (este), cuando se cumplen 17 días de protestas contra la cuestionada reelección de Morales.

Además de las rebeliones en esas tres ciudades, en la céntrica avenida Prado, la principal de La Paz, decenas de policías marcharon esta noche dentro de una columna de manifestantes opositores gritando consignas contra Morales, observó un periodista de la AFP.

Televisoras locales mostraron además imágenes de manifestantes dándose la mano con policías en el centro de La Paz, un contraste con las tres noches anteriores, cuando ambos bandos se enfrentaban.

El presidente no ha comentado los motines, pero convocó a una reunión de emergencia a la Casa Grande del Pueblo, la moderna y céntrica torre donde tiene su despacho, a varios ministros y al comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, general Williams Kaliman, según televisoras locales.

Se desconoce por ahora el número de policías amotinados y el alcance que tiene este movimiento.

El líder regional Luis Fernando Camacho, erigido como el rostro más visible y radical de la oposición boliviana, agradeció a los agentes.

“Lloré de emoción, ¡grande nuestra Policía!”, tuiteó Camacho. “Gracias por estar con su pueblo, Dios los bendiga”.

Además, decenas de manifestantes acudieron frente al Colegio Militar de La Paz a pedir a los uniformados que se unan a la cruzada para conseguir la renuncia de Morales, quien fue reelegido para un cuarto mandato el 20 de octubre.