La representante de Naciones Unidas se centrará en los derechos humanos, pero pocos guardan esperanzas de que su visita sirva de algo. Entender a Venezuela para encontrar una salida se ha convertido en un reto.

“El cambio se instaló en Venezuela, porque es más que una consigna o un momento, es la necesidad y la decisión de la inmensa mayoría de los venezolanos”, dijo Juan Guiadó en Mérida este fin de semana. Guaidó pidió a los venezolanos salir a las calles los días 19, 20 y 21 de junio, en los que Michelle Bachelet, Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, estará en el país sudamericano, para que “el régimen no pueda ocultar la tragedia”.

¿Cuál Venezuela va a encontrar Bachelet? “Ella ya sabe que en Venezuela hay 800 presos políticos, muchos torturados, sin juicio y mantenidos prisioneros ilegalmente en terribles condiciones”, dice a DW Miguel Henrique Otero, presidente editor del diario El Nacional.

“Llevamos años denunciando la sistemática violación de los Derechos Humanos”, adelanta un comunicado del equipo de Guaidó, que saluda la visita especial de la ONU y “espera soluciones urgentes y atención directa a la emergencia humanitaria compleja”.

Por su parte, el Gobierno de Nicolás Maduro anuncia que Bachelet podrá constatar los amplios e históricos esfuerzos del Gobierno Bolivariano para promover y garantizar los derechos humanos del pueblo venezolano”.

La tragedia inocultable de Venezuela

La Venezuela real es “inocultable” para el mundo, agrega Otero, porque la han convertido en el país que “millones quieren abandonar porque no consiguen comida, porque no tienen ni luz ni medicinas ni agua, en un país en donde la delincuencia está desatada y le tienen más miedo a la Policía que a los delincuentes”.

Según el analista Ronal Rodríguez, del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario de Colombia, “la situación de los venezolanos es ahora en junio mucho más difícil que a comienzos del año”. Pero las amenazas de Freddy Bernal, Jefe Nacional de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) y Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, preocupan sobremanera al politólogo colombiano.

“Bernal y Cabello han advertido que si Maduro sale del poder, podrían surgir movimientos subversivos. Esto es una amenaza seria porque atañe a Colombia, y en ese contexto al fortalecimiento del ELN”, acota el internacionalista Ronal Rodríguez.

Dos presidentes, un caos

Si bien el internacionalista destaca que en Venezuela, un país en donde conviven dos presidentes, no haya estallado una guerra civil, resalta que la delincuencia y los crímenes de Estado están disparados: “Solo durante el primer Gobierno de Nicolás Maduro murieron 155.000 venezolanos víctimas de la violencia. Y entre 2017 y 2018 ya van 13.o00 muertos por ‘resistencia a la autoridad’, como los clasifica el Observatorio de Violencia”.

A pesar, o gracias a muchos factores, no ha tenido lugar una intervención militar extranjera, esperada por unos y temida por otros, pero tampoco ha estallado una guerra civil. Además, Nicolás Maduro sigue en el poder, así como Guaidó en las calles. Y Bachelet podrá visitar el país.

“El caso venezolano se sale de todos los parámetros académicos con los que podemos analizar un régimen”, reconoce Rodríguez, quien agrega que “muchos dictadores han caído por menos, pero Maduro ha demostrado que puede hacerlo, hasta con una de las mayores inflaciones del mundo”.

Para Miguel Henrique Otero el asunto en Venezuela no es una cosa de izquierda o derecha, porque “hay incluso chavistas que están en contra del curso que le ha dado Maduro al país”. Y coincide con Rodríguez en que el caso venezolano “se sale de todas las categorías, incluidas las dictaduras de otros tiempos en América Latina que cumplieron una gestión, o sea, construyeron escuelas, autopistas, etc.”.

Para Otero, en Venezuela “el régimen solo ha empobrecido un 80% del pueblo, destruido la producción y dejado deteriorar la infraestructura que había”.

ARCHIVO | AFP
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¿Qué va a quedar de la visita de Bachelet?

“Nada”, según Otero, quien recuerda que “Zapatero logró que sacaran 20 presos, pero luego metieron 30 más”. El analista de la Universidad del Rosario de Bogotá, observa que “las esperanzas de muchos venezolanos en una solución rápida se esfuman, pero se está dando paso a una negociación más realista que puede durar largo tiempo”, haciendo alusión a los acercamientos en Noruega y Suecia.

Para Rodríguez es claro que los sapos que la oposición venezolana tendrá que tragarse son más grandes de lo que ha imaginado: “Va a tener que plantearse una transición con la participación de importantes elementos del chavismo”.

En la misma línea, el director del Observatorio Electoral de Venezuela, Luis Lander, sostuvo al portal de análisis Prodavinci, que una parte fundamental de la crisis en el país es que la ciudadanía no cree en las instituciones de arbitrariedad, dejando en duda los últimos procesos eleccionarios.

“Recuperar la imparcialidad del arbitraje es crucial. Es necesario que las elecciones sean convocadas con suficiente tiempo. Garantizar observación electoral, nacional e internacional. Para la transparencia es necesario restablecer las auditorías técnicas y ciudadanas. Se deben retirar las inhabilitaciones y no debe haber coacción al votar. El Plan República puede mantener un rol de custodio, no participante del proceso”, expresó Lander.

La agenda de Bachelet aún no está clara, desde su oficina no han liberado información detallada al respecto, salvo que tendrá reuniones con Maduro, GUaidó, organizaciones civiles y que el viernes dará una conferencia de prensa a eso de las 09:30 de Caracas.