Una mujer y su pareja fueron condenados el lunes por el homicidio de la hija de siete años de la primera, un crimen ocurrido en 2014 y que conmovió a Argentina debido a la violencia del caso.

La tragedia ocurrió en la ciudad de Quilmes, al sudeste de Buenos Aires, en enero de 2014, cuando Silvia Lafuente y Pablo Verón Bisconti mataron a golpes a Prisicila Leguiza (hija de la mujer) y luego, con la intención de ocultar el brutal crimen, intentaron quemar el cuerpo en una parrilla.

A cinco años de ocurrido el crimen, la justicia argentina encontró a Lafuente culpable como autora del delito de “homicidio agravado por el vínculo (familiar)” y a Verón por el mismo delito pero en calidad de “partícipe necesario”.

El caso tuvo un alto impacto en Argentina, debido a que en un principio, la mujer denunció que su hija había desaparecido, pero la investigación posterior -y tras el hallazgo del cuerpo de la niña- se confirmó que había sido un homicidio en el que participaron ella y su pareja.

Aunque la justicia ya dictaminó la culpabilidad de ambos, se estima que para este viernes el tribunal entregue la sentencia, en donde el abogado de la familia paterna de la niña espera que sea la cadena perpetua, consigna diario Clarín de Argentina.

El abogado del padre de la niña, Julio Torrada, valoró que la mujer fuese condenada y que el fallo sostuviese que los acusados “estaban plenamente conscientes de lo que hacían, planearon y proyectaron lo que hicieron”, por lo cual “no pudieron pedir la inimputabilidad”.

No le decía “mamá”

Los padres de Priscila se separaron cuando ella tenía poco más de un año de edad, desde entonces había vivido con su progenitor (Gabriel Leguiza) y su pareja (María Juana Picaso), a quien solía llamar mamá, algo que habría gatillado la molestia de Lafuente.

“A Priscila le pegaba porque no le decía ‘mamá’, le decía Silvia. A la única que le pegaban era a ella”, señaló durante el juicio uno de los hermanos de la víctima, un adolescente de 17 años.

Las audiencias, que iniciaron a mediados de febrero, tuvieron como principales protagonistas a los hermanos de Prisicila, sus padres y al padrastro, donde los primeros confirmaron los episodios de violencia de Lafuente y Verón.

La investigación de la Fiscalía y los testimonios, confirmaron que Lafuente y Verón mataron a golpes a la niña, luego de constantes reproches, al otro día intentaron ocultar el cuerpo, primero lo quemaron en una parrilla y después lo fueron a arrojar a un arroyo.

La pareja trasladó el cuerpo -tras no poder quemarlo- envuelto en un bolsa y dentro de un coche infantil, momento en el que fueron grabados por una cámara de seguridad.

En las imágenes, se observa a los acusados junto a otros dos de sus hijos, uno de los cuales llevaba el cuerpo en el coche. De acuerdo a la investigación, el cadáver fue llevado a 800 metros de la casa.

“Pablo le pegaba con el puño y ella con un caño de gas. Nos mandaron a todos a dormir y a la mañana siguiente me despertaron diciendo que Priscila había muerto”, agregó el adolescente en su testimonio.

Para este viernes se espera que se conozca la sentencia de los acusados, quienes arriesgan cadena perpetua por uno de los crímenes más horrorosos de la historia argentina.