Probablemente para muchos, esta sea una historia con un final feliz. Para los protagonistas, hay muerte, cárcel, maltratos, hijos sufriendo. En fin, toda una estela de terror que duró décadas.

Sí. Por más de 20 años, Paola quien terminó con la vida de su marido el pasado 8 de marzo, vivió bajo el terror de las agresiones junto a sus 4 hijos. La mayor de 18 años fue a dar a prisión con su madre, la noche en que decidieron ponerle fin a esa historia, de la peor forma.

Cuando Alberto Elvio Naiaretti pronunció el “no te duermas, que termino con vos y tus hijos”, la mujer supo que la amenaza iba más allá de las otras agresiones recibidas. Todo ocurrió en la calle 18 de Octubre al 800, en José C. Paz.

Cuando llegó el momento de paz y mientras el agresor dormía, la mujer tomó un cuchillo y lo asestó con toda la furia contra Alberto, ayudada por su hija Milagros. Los peritos han contado más de 180 puñaladas en el cuerpo del hombre. Parece ser una descarga directamente proporcional a los más de 20 años de abusos que la mujer de solo 38 años, sufrió junto a su familia.

Cuando la furia terminó de ser descargada, ésta llamó a las autoridades. Terminó detenida con su hija y de ahí se desató todo un análisis social de los motivos que las tenían en prisión. Algunos opinando que tenía razones. Otros, asegurando que no debió tomar justicia por su propia mano y cuchillo.

20 denuncias y dos décadas de abusos

Paola había buscado ayuda. Su hermana, Gloria, es fiel testigo de las golpizas que recibía de manos de Alberto. De hecho la había acompañado ante las autoridades para dar cuenta de los golpes asestados.

“Mi hermana aparecía toda golpeada en mi casa y como familia no es que no hacíamos nada. Hacíamos denuncias y no pasaba nada. A veces nos decían que le iban a poner un psicólogo, y lo que mi hermana necesitaba era ayuda para poder salir”.

Lo intentaba, pero el miedo a que sus hijos sufrieran las consecuencias, era más fuerte que todo.

“Se quedaba unos días en casa y después aparecía él a buscarla. Mi hermana le tenía terror, la acusaba de haber abandonado a los nenes y ella volvía. Acá hay dos culpables. Uno es este monstruo y el otro el Estado que la abandonó”. Es la cita de la mujer en el medio local Perfil.

El abogado de Paola y su hija consiguió la libertad de sus clientas el pasado 25 de marzo. Para el profesional todo se trata de un largo historial de violencia intrafamiliar que terminó de la peor forma, por evidentes razones.

“Son mujeres que se defendieron de un monstruo. Esperamos que puedan vivir en paz, ya que estuvieron 22 años presas de un monstruo y de todo un sistema perverso que las sigue victimizando, maltratando y matando su alma con la detención”.

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El cuerpo que nadie quería retirar

Alberto Elvio Naiaretti murió de la peor forma pero aún después de su muerte, las cosas eran complicadas. El cuerpo del conocido asesinado agresor argentino pasó varios días en la morgue sin que nadie se presentara a retirarlo.

Dos de sus hermanos han sido señalados como los que más tenían contactos con él, pero eso no fue suficiente para que se presentaran a los servicios médicos legales para reclamar los restos.

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Una hermana de Alberto completó el trámite el pasado jueves y luego de la insistencia de las autoridades para que fuese retirado del lugar.

Se trata del destino de un hombre que, aunque con amplio número de hijos, vivió y murió de la peor forma, condenado por una sociedad que lo acusa de golpes y otros vejámenes que lo confinan ahora a la soledad de una tumba.

“Consideramos que este hecho se realizó en una situación de violencia de género histórica, de muchos años, más de veinte años, que sufría Paola, esta violencia era económica y física; de tortura y prostitución. No solo ella sino también sus hijos”, recordó el abogado de las mujeres que ahora se recuperan del doloroso momento.

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