El príncipe Carlos de Gran Bretaña recorrió el lunes las calles de la Habana Vieja antes de reunirse con el presidente Miguel Díaz-Canel, en una histórica visita a Cuba, que enfrenta el endurecimiento de las sanciones estadounidenses.
Acompañado de su esposa Camila, duquesa de Cornualles, el heredero de la corona británica estuvo escoltado en su recorrido por el historiador de La Habana Eusebio Leal, quien hizo las veces de guía turístico.
“Ha sido muy importante, una visita muy popular, con mucho contacto con todas las personas que encontró en su camino”, dijo Leal a la prensa oficial. Se trata de la primera visita de un miembro de la familia real británica a Cuba.
Bajo el calor isleño, Carlos llevaba un fresco traje gris claro y Camila, quien aplacaba el sol voraz con una sombrilla, un vestido azul celeste.
En la calle Mercaderes, frente al Colegio Universitario San Gerónimo, ambos develaron una estatua del dramaturgo William Shakespeare.
La Habana fue una plaza británica en 1762, antes de que la corona decidiera cambiarla por Florida a España.
Se trata de “un momento histórico para los dos países”, dijo la embajada británica en su cuenta de Twitter.
La pareja también visitó la academia de danza del afamado bailarín cubano Carlos Acosta, de destacada y premiada trayectoria en Reino Unido.