Santiago Merlo es el nombre de un docente y comunicador social argentino de 42 años. Su historia se ha vuelto conocida en el país vecino a raíz del debate por la despenalización del aborto. Nació en Córdoba como “Paula” y creció sintiendo recelo por su cuerpo, pasando a ser incluso el hazmerreír de su barrio, hoy se confiesa como alguien exitoso.

En una extensa entrevista con Infobae Argentina, Merlo relató cómo fue su niñez, adolescencia y etapa adulta sintiéndose un hombre en el cuerpo de una mujer. “Veo las fotos de mi infancia y puedo reconocer a un niño que fluye con naturalidad. Me veo feliz”, comentó.

Sus intereses de infante abarcaban juegos de niños, como el fútbol, vestirse de héroe de guerra, los automóviles e incluso andar sin polera en la calle cuando hacía mucho calor. Esto último le hizo pasar muchas vergüenzas con adultos.

Santiago Merlo
Santiago Merlo

“Mis tetas me daban mucha vergüenza. Mi pensamiento no era: ‘Soy una mujer, obviamente tengo tetas’. Mi lógica era: ‘¿Cómo un varón va a tener tetas?’, recordó en la oportunidad.

Llegar a la adolescencia fue otro problema, ya que no se sentía en absoluto atraído por los hombres, pese a ser mujer de nacimiento. Tampoco creía ser una lesbiana, simplemente tenía claro que se sentía como un hombre.

“Llegó ese momento en que tienes la presión de definir todo: cómo te vistes, si debutaste o no, tu sexualidad. Para mí era muy complejo, ya era el hazmerreír del pueblo. Yo vivía como una lesbiana bien masculina pero no me sentía una lesbiana”, relató.

Pero lo peor vino a los 22 años, cuando recién estaba empezando a definir su sexualidad por completo. A esa edad quedó embarazada y sus peores temores se hicieron realidad, ya que en su país está penado por ley el aborto y sólo tenía opción de hacerlo de forma clandestina.

Santiago Merlo
Santiago Merlo

“Era lo peor que me podía pasar. Lo pensé: ‘¿Puedo seguir adelante con esto?’, ‘¿y si sigo y lo doy en adopción?’. Hasta que entendí que yo no iba a sobrevivir a un embarazo, que no iba a soportar esos cambios en mi cuerpo: una gestación, un parto. Había vuelto a aparecer lo biológico, era reafirmar que yo no era el varón que sentía que era. Para mí era una situación extrema: era abortar o matarme, no había otra opción. Morirme era también una forma de negar esa feminidad que volvía a aparecer”, recordó.

Tras eso decidió dar el paso más triste de su vida: abortar. Lo hizo en un recinto clandestino en Buenos Aires, el procedimiento se llevó a cabo con anestesia general, sin antes realizarse un examen para saber si su organismo lo toleraría.

“Yo quería ser padre, no madre. La diferencia era gestar o no gestar, parir o no parir. Si yo era un varón, ¿cómo iba a parir? Si yo jugaba al papá cuando era chico… para mí, tener un hijo no pasaba por embarazarse sino por acompañar a otra persona que pudiera gestar”, indicó.

Agence France Presse
Agence France Presse

Finalmente en 2015, a los 39 años, Paula cambió todos sus antecedentes en su DNI y pasó a llamarse Santiago Merlo. Hoy es uno de los testimonios que se entregan en Argentina para que se apruebe la despenalización del aborto. Situación que será discutida esta miércoles.

A esto se suma que él mismo amplió sus intereses profesionales, ya que a su rol de docente sumó la carrera de comunicador, la cual le permitió ser conductor radial en la provincia de Córdoba.

“Yo sí estoy a favor de la vida. A favor de mi propia vida. A favor de poder decidir qué hago con mi existencia y con toda mi historia para poder ser lo más feliz posible”, concluyó.