Al menos dos muertos dejó este martes un ataque de fuerzas del gobierno de Daniel Ortega contra la ciudad de Masaya, en un intento por desarticular la resistencia en el barrio de Monimbó, símbolo de las protestas que dejaron unos 280 muertos en tres meses en Nicaragua.

“La situación en Monimbó está terrible, hay dos muertos, una mujer mayor y un policía”, afirmó a la AFP la presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh),Vilma Núñez.

Más de 1.000 hombres fuertemente armados con ametralladoras entraron disparando a mansalva a esta ciudad de 100.000 habitantes ubicada a 30 km al sur de la capital, indicaron pobladores.

Jóvenes manifestantes con el rostro cubierto con camisetas se defendieron durante horas detrás de las trincheras con piedras y morteros artesanales.

Las ráfagas de armas de todo calibre se escucharon por todos lados de Masaya, dijeron testigos.

“Han disparado a las casas. Agredieron a una ciudad indefensa con armamento desproporcionado”, dijo el dirigente de la Asociación Nicaragüense de Derechos Humanos (ANPDH), Álvaro Leiva.

Los paramilitares se tomaron el hospital de Masaya para impedir la atención de los heridos, y lograron avanzar hasta la plaza del barrio Monimbó, lamentó.

Desataron “una cacería indiscriminada” contra la población, en la que capturaron a 40 personas, denunció Núñez.

La acción de las fuerzas gubernamentales forma parte de la llamada “operación limpieza” que policías y paramilitares iniciaron semanas atrás para desalojar de las calles a los manifestantes que exigen desde la salida del poder de Ortega, un exguerrillero de 72 años que gobierna desde 2007.