La justicia de Ecuador ordenó este jueves prisión preventiva contra exjefes de la Policía y de Inteligencia, por el presunto secuestro en Colombia, de un exdiputado opositor al exmandatario Rafael Correa (2007-2017).

El excomandante general de la policía y exdirector de Inteligencia de la institución, Fausto Tamayo, además del exsecretario nacional de la misma entidad, Pablo Romero, “se encuentran procesados, vinculados y además se han dictado medidas cautelares en su contra, que son la prisión preventiva”, informó a la prensa el fiscal general, Paúl Pérez.

Ambos son investigados por supuestamente haber ordenado en 2012 el secuestro del exasambleísta Fernando Balda en la ciudad de Bogotá, donde se había refugiado tres años antes.

“Ellos en sus condiciones de funcionarios públicos actuaron, ordenaron que se realice el cometimiento de un delito de plagio”, indicó Pérez.

Tamayo cumple actualmente una condena de 13 años de cárcel por corrupción, tras ser involucrado en un caso de cobro de sobornos dentro de la institución policial.

Balda, que se consideraba un perseguido político del gobierno de Correa, insiste en la participación del expresidente en su secuestro.

Correa declaró por este caso la semana pasada en Bruselas y negó estar implicado en el secuestro. Además, indicó que no conoce a los otros tres policías detenidos por esta causa.

Balda indicó que Romero, el otro acusado, se encuentra fuera del país por lo que han solicitado a la Interpol su captura y se mostró “satisfecho” por la vinculación de los exfuncionarios en el proceso, cuya instrucción fiscal se extenderá hasta el 18 de julio.

El exdiputado del Partido Sociedad Patriótica (PSP) sostiene que cuando estaba en Bogotá, cinco personas lo subieron a la fuerza a un automóvil, aunque la Policía colombiana interceptó el vehículo y frustró el secuestro.

Balda fue expulsado de Colombia el 10 de octubre de 2012 por pedido del gobierno de Correa, que adujo que el exlegislador estaba condenado a dos años de prisión por injuria, pena que debió cumplir en una cárcel ecuatoriana.

Estando en prisión, Balda también fue condenado a un año de cárcel por atentar contra la seguridad del Estado, tras denunciar la existencia de un centro de espionaje oficial en Ecuador.