La mamá de Graciela Ramírez llegó a la escena que ningun padre o ninguna madre quiere constatar.

Desafortunadamente era el cuerpo de su hija, con heridas en la cabeza y espalda provocadas con arma blanca.

La mujer llevaba consigo el vestido con el que Graciela contraería matrimonio en dos meses más y lo mostraba a la policía e involuntariamente a los curiosos que se agruparon en un populoso sector del municipio de Mejicanos, conocido por la vasta presencia de pandillas. Pero esta vez no son los principales sospechosos de cometer el crimen. Su prometido lleva a cuestas la mención, según las hipótesis policiales.

Un cuento de amor, según las redes sociales

Facebook recoge en las últimas publicaciones de la víctima, una relación de felicidad y preparativos nupciales.

Los perfiles de la pareja así lo describían, y de tal forma que el supuesto responsable de matar a Graciela públicó a inicios de febrero fotografías con la que sería su futura esposa y la hija de cinco años de esta, quien se convirtió en una víctima más de la situación, indica ElSalvador.com.

En tanto, la madre se ha limitado a corroborar lo que decían las redes sociales. Su hija estaba enamorada y sumamente ilusionada con la boda. Vivía hace meses con su futuro esposo. Prácticamente tenía todo listo para el importante día, pero algo andaba mal y no pudo ser detectado a tiempo por los familiares de la joven de 22 años, cuyo cuerpo fue recuperado en una zona de edificios de departamentos conocida como los 400.

Héctor Turcios, principal sospechoso para las autoridades, habría cometido el crimen por celos, en una versión que no ha podido ser avalada o desmentida por el acusado, debido a que al momento de ser requerido por agentes policiales en su sitio de trabajo, no fue encontrado a una hora en la que habitualmente siempre estaba.

Francisco Campos | ElSalvador.com
Francisco Campos | ElSalvador.com

Un nuevo y sonado caso de femicidio

No ha transcurrido ni un mes y las noticias en El Salvador dan cuenta del asesinato de otra mujer supuestamente a manos de su pareja.

El pasado 23 de enero, una destacada doctora del occidente del país acaparó los principales titulares del país centroamericano luego de morir a causa de una golpiza propinada por su compañero de vida, identificado como Denys Edenilson González. Este además de tener un perfil celoso y controlador, según la FGR (Fiscalía General de la República) ejercía violencia económica sobre Rosa María Bonilla vega, al obligarla a entregarle su sueldo para que él lo administrara. La profesional de la salud era madre de un niño de 13 años. Desafortunadamente, fue el menor quien se encargó de llamar a las autoridades al ver mal herida a su madre y al escuchar a su padrastro decir que había caído por las escaleras.

Ante casos como el de Rosa María y recientemente el de Graciela, el Instituto de Estudios de la Mujer, CEMUJER, cuya misión es velar por el bienestar de las féminas, demandó del estado salvadoreño garantías de protección para la vida de la familia en ese territorio, condenando este tipo de hechos y exigiendo además en fin de lo que llaman impunidad legal y social ante los femicidios. Según el Observatorio de Violencia ORMUSA, con cifras del Instituto de Medicina Legal, en El Salvador cerca 468 femicidios fueron cometidos en 2017.