El Consejo Militar de Transición, en el poder en Sudán desde la destitución el jueves del presidente Omar al Bashir, aseguró el viernes que iba a dialogar con todas las “entidades políticas” del país y que el futuro gobierno será “civil”.

“Vamos a dialogar con las entidades políticas para preparar el clima de cambios y la realización de nuestras aspiraciones”, dijo el general Omar Zinelabidine, miembro del Consejo.

En rueda de prensa en Jartum, el general agregó que el futuro ejecutivo será un “gobierno civil” y advirtió que los militares no permitirán “ningún ataque contra la seguridad”.

Los militares en el poder confirmaron que el destituido presidente Al Bashir, que llevaba tres décadas en el poder, está “detenido” y que no será extraditado.

Omar al Bashir desafiaba ya desde hace tiempo a la Corte Penal Internacional (CPI), con sede en La Haya. En 2009, la CPI lanzó una orden de captura por “crímenes de guerra y contra la humanidad” en Darfur, región del oeste de Sudán afectada por la violencia, antes de agregar en 2010 la acusación de “genocidio”.

El conflicto en Darfur causó más de 300.000 muertos y 2,5 millones de desplazados, según la ONU.

Sudán, uno de los países más pobres del planeta, estará sometido a un toque de queda nocturno durante un mes, anunció el jueves el ministro de Defensa.

Pero el derrocamiento de Al Bashir no ha satisfecho a los miles de manifestantes que, pese al toque de queda, siguieron en las calles para lograr el fin del régimen.

Miles de manifestantes expresaron así su rechazo al nuevo poder militar de transición al pasar una sexta noche consecutiva ante el cuartel general del ejército en Jartum, pese al toque de queda en las noches.

No se informó de incidente alguno.

“No hay ninguna diferencia para nosotros (…). Ésta es nuestra plaza, la hemos tomado y no vamos a abandonarla hasta que consigamos la victoria. Hemos violado el toque de queda. Seguiremos haciéndolo hasta que obtengamos un gobierno de transición”, declaró a la AFP Abu Obeida, un manifestante.