Gino Costa (34), contó la historia de cuando debió trabajar en Mega en Navidad, y sus cercanos no pudieron dejarlo atrás.

Mientras miles de familias en el mundo celebran la Navidad, otros están atentos en sus trabajos a la espera de salir del turno y reunirse con los suyos. Uno de ellos, años atrás, fue el periodista y conductor de TVN Gino Costa (34), en una historia en que sus cercanos no pudieron dejarlo atrás.

Me tocó trabajar el 24 de diciembre en la noche, haciendo la práctica en Mega”, cuenta el animador de Chile Conectado y Un Lugar en el Tiempo. Ocurrió en 2010, dice, cuando tenía 23 años.

El viñamarino detalla que viene de una familia “aclanada”, “achoclonada”, en que todo lo hacen juntos. Y cómo no, las fiestas de fin de año no eran la excepción. Por eso, recuerda, trabajar durante esa noche fue un “drama” en su casa. Sobre todo porque, en la práctica, donde se jugaba “el todo por el todo”, no podía decir que no.

“Salí con el camarógrafo y el conductor del auto, los tres con una cara larga porque todos queríamos estar en familia. Y lo que teníamos que reportear era la alegría de las familias que sí lo estaban pasando juntos”, recuerda.

“En el papel”

Como él son cientos. Trabajadores de seguridad, salud, aseo y prensa son algunos de los que a las 00:00 del 25 de diciembre, justo cuando comienzan los abrazos, buenos deseos y la entrega de regalos, siguen en sus lugares de laburo.

“Esa noche fue súper satisfactoria porque en el fondo te pones en el papel de todos los que trabajan esa noche”, asevera luego. “No me arrepiento. Porque puedo decir que sé lo que significa tener esa pega en que nadie quiere estar trabajando. Tampoco me arrepiento de no haber puesto ningún pero (…) son cosas de la vida. De repente hay gente que le ha tocado trabajar años y años en Navidad”, agrega.

Ese día llegó al canal y le esperaban otras horas de trabajo. Tenía que hacer la nota para el otro día y ya estaba resignado a pasarlo solo.

Pero no fue así. Cuenta que su padre lo llamó pasada la medianoche y le preguntó a qué hora terminaría. Él, “aperrado, me fue a buscar a eso de las tres de la mañana y logré juntarme con mi familia a las cinco. Un cabro chico”, recuerda.

Toda su familia, sus padres, su hermana y su marido, sus sobrinos, sus abuelos y primos lo esperaban en Viña del Mar, a la hora que arribara.

“La Navidad para mí es familia, es amigos“, remarca. En esta, pide, “ojalá estemos todos, dure hasta tarde, nos riamos y tengamos una rica comida antes que otra cosa”.