Este martes, Radio Bío Bío de Puerto Montt tuvo acceso a un video que muestra cómo una funcionaria agrede a una menor de edad al interior del jardín infantil del Hospital de Puerto Montt.

Aunque el hecho ocurrió en septiembre de 2017, el clip fue recién fue revelado esta semana, y en el se ve cómo una docente castiga a una niña que botó una mesa del lugar mientras jugaba.

La noticia sorprendió e indignó al público, especialmente porque la mujer no fue desvinculada, sino que trasladada a otro sector.

El tema fue abordado por el matinal de Chilevisión, La Mañana, donde Juan Pablo Queraltó impactó con su relato sobre el crudo maltrato que sufrió en el jardín infantil cuando apenas tenía cuatro años.

“Yo quiero contar algo personal. Esto no lo había contado nunca pero lo voy a contar ahora porque estas imágenes me afectan”, comenzó diciendo el periodista. “Yo cuando estuve en un jardín infantil en Rancagua, despidieron a una de las parvularias por una situación que me ocurrió a mí con ella”, explicó.

Según contó, él almorzaba en el jardín y un día le dieron un plato de porotos, que a él no le gustaban. “Yo los vomité… y al vomitarlos, me los hicieron comerlos igual”, agregó. “Eso para mí fue súper heavy, porque la parvularia que estaba a cargo me hizo comer eso. Yo todavía tengo recuerdos de eso, y hasta el día de hoy, no puedo ver los porotos”, sentenció.

“Yo me quedé callado mucho tiempo, y después lo conversé con mi mamá, como tres o cuatro meses después. (…) Mi mamá me recuerda que yo todos los días le preguntaba ‘mamá qué hay de almuerzo en el jardín porque yo no quiero comer porotos’. Ella me decía ‘ ¿pero por qué si son tan ricos?’ y yo le decía, ‘no quiero, no quiero, no quiero’. Yo le decía eso, hasta que volvió a ocurrir la situación”, recordó.

Según comentó Queraltó, en otra oportunidad también vomitó la comida y nuevamente lo obligaron a comer. “Tenía cuatro o cinco años, y yo lo recuerdo a la perfección. Es más, cuando yo le cuento a mi mamá lo que estaba ocurriendo, ella no podía creerlo. Era la misma parvularia me recibía todos los días en la mañana, y saludaba a mi mamá con una sonrisa de oreja a oreja, diciéndole lo mejor del mundo a mí. Ella era la misma que me daba los porotos vomitados”, añadió.

Juan Pablo afirmó que cuando su madre se enteró de la situación, fue reclamar al jardín y a hablar con la directora. Ahí realizaron una investigación muy rápida y puntual, por la cual la parvularia fue despedida, porque no sólo ocurrió con Queraltó, sino que también con otros niños.

“Esa es una agresión que te afecta hasta el día de hoy y te marca (…) Tengo 33 años y yo no puedo ver los porotos, porque inmediatamente me hace recordar ese momento. Yo recuerdo dos veces que me ocurrió, pero quizás cuántas veces le ocurrió a otros niños”, finalizó.