De acuerdo a un documento realizado por psicólogos, el cineasta demostraría desinterés por los sentimientos de los demás, dificultad para experimentar culpa o vergüenza frente a los comportamientos desadaptativos, entre otros aspectos.

El cineasta chileno Nicolás López, condenado a dos penas de tres años y un día de libertad vigilada por dos delitos de abuso sexual, presentaría un “alto riesgo de reincidencia”, debido a que el director tiende a justificar su actuar, manteniendo “prejuicios sexistas”.

Según confirmó La Tercera, un documento elaborado por psicólogos aseguró que López necesita aumentar “su juicio crítico frente a su actuar”.

Esto debido a que sus idas a misa cada domingo, constantes meditaciones y reuniones con familiares y amigos cercanos, que manifestó hacer tras su condena, no serían suficientes para la reflexión de sus delitos.

De acuerdo al medio, López “no logra un reconocimiento de los delitos de acuerdo a la verdad jurídica establecida en sentencia condenatoria, desplegando un discurso en el cual establece aceptación de los hechos que lo condenaron, no obstante, justifica sus conductas minimizando su intencionalidad”.

Esto, debido a que el cineasta estaría “atribuyendo factores externos facilitadores de la ocurrencia de los hechos, aludiendo elementos tanto personales como contexto social en los cuales se registran los ilícitos, manifestando actitudes tendientes a la racionalización y desplazamientos de responsabilidades”.

La intervención que deberá tener Nicolás López

Con esto, el documento fija diferentes niveles de intervención. En estos, el primer año busque que López pueda “establecer límites en el ámbito laboral y que gestione prosocialmente factores estresadores y/o de riesgo”.

Asimismo, debería a realizar acciones con miras a desarrollar el concepto de “acoso laboral y sexual en el trabajo mediante psicoeducación”, y también, para identificar y modificar pautas “de conductas desajustadas o disfuncionales”.

El segundo año, por su parte, buscará que López pueda modificar sus creencias asociadas a las relaciones de pareja y “modificar distorsiones cognitivas que sustentaron la comisión del ilícito”.

Finalmente, en el tercer año se buscará que López pueda desarrollar un estilo de vida prosocial donde el Servicio Médico Legal deberá realizar evaluaciones de personalidad y de tratamientos por consumo de alcohol.

Esto, de acuerdo a lo que sostiene el medio, se debe a que López “demuestra desinterés por los sentimientos de los demás, dificultad para experimentar culpa o vergüenza frente a los comportamientos desadaptativos, deficiente manejo de la ira y personalidad intimidante/controladora, grandilocuente y encanto superficial, así como la presencia de rasgos narcisistas”.

En febrero de este año, la Corte Suprema dictó que su condena de dos penas de tres años y un día de cárcel fueran reemplazadas con libertad vigilada intensiva, donde deberá cumplir un programa de actividades para su reinserción social.