La actriz de Verdades Ocultas Marita García celebró su aniversario de matrimonio revelando en Instagram que será mamá por primera vez.

La intérprete compartió la noticia con un post en la red social, donde aparece junto a su marido Esteban Cabezas.

“Felices dos años de matrimonio mi amor @cabezasesteban Hoy lo celebramos siendo 3 (4 con la chanchis)”, escribió.

“Cambios que tienen el delicioso sabor del aprendizaje juntos. Dos años en que he sido tan feliz. Felices 2, felices los 3″, agregó.

En otro post agregó que “Agradezco tanto poder experimentar cada día el cambio que traspasa todas mis capas”.

“Tanto que creí conocerme, que soltar lo aprendido y entregarme sin control, ha sido la mejor enseñanza que podía imaginar. Profundidad desconocida, razón fuera de la ecuación, instinto soberano”, añadió.

“Ya no se trata de mí, y ese es tu primer gran regalo mi niño”, cerró, revelando también el sexo del bebé.

La artista es recordada por su rol de Maite Soto en Verdades Ocultas, rol que dejó a fines de 2018, cuando su personaje se fue a vivir al sur del país dentro de la historia.

Actualmente, se encuentra alejada de la televisión y todo indica que, de momento, no tiene intenciones de volver a la pantalla chica o a alguna producción nacional.

“Veo muy lejano el tiempo de grabar en televisión, siento que no quisiera vivir en ese ritmo otra vez. Me he vuelto lenta y eso me hace más feliz”, escribió hace un tiempo en Instagram.

Hay que señalar que, en una entrevista publicada en 2019, la propia actriz sostuvo que pidió irse de Verdades Ocultas, dejando entrever que ella misma estaba sufriendo con su personaje.

“La teleserie de la tarde es difícil, para el actor es súper exigente. Te vas para la casa apaleado y con los ojos como papa porque te tocó llorar todo el día. Además Maite era una niña que le pasaban puras cosas malas. Por lo mismo pedí que me sacaran”, expuso en ese entonces.

“Llevaba un año y medio llorando cuatro veces a la semana, a veces más. Si a ti se te muere un familiar muy cercano lloras un año y medio todos los días, pero no en el trabajo. El cuerpo no distingue de la lágrima falsa de la real”, concluyó.