Ciro Watanabe (37) es un respetado chef en el mundo de la gastronomía, sin embargo, su nombre comenzó a hacerse más popular tras su participación en el desaparecido programa Top Chef, de TVN.

Watanabe llegó a Chile en 2009 desde Perú y fue el responsable de impulsar la comida nikkei en Chile, una fusión de la cocina peruana y japonesa, la que rápidamente se puso de moda en el país.

Han pasado nueve años de eso y cuatro de su debut en TVN, pero la carrera de Watanabe, sigue en alza. No sólo va a cumplir un año con su restaurante Osaka, sino que también se encuentra en los 50 mejores locales del continente.

En este tiempo, la imagen de Ciro también cambió radicalmente luego de someterse a una cirugía de bypass gástrico, que le permitió bajar 60 kilos y sentirse con más energía.

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“Cuando cruzo la calle corriendo porque va a cambiar el semáforo, ya no jadeo. Es más, llego campante”, señaló al diario La Segunda.

La operación también significó un cambio gigante en su vida y en la forma en que se alimentaba, aunque mantuvo algunos de sus gustos.

Gracias a su pareja comenzó a comer más verduras y ensaladas. “Con ella, ahora yo como más vegetales también, aunque siempre con un poquito de muerto al lado”, afirmó haciendo referencia a la carne.

“Para mí, la comida tiene que tener cadáver, sino no es comida. Al igual que una comida sin alcohol, para mi es desayuno. Y el desayuno debería ser con mimosa (champaña con jugo de naranja)”, sentenció.

Los primeros días tras la cirugía fueron los más difíciles, pues tuvo que pasar dos semanas con dieta líquida y 15 días más con papillas. “O sea, me dicen hierve todo y no, chao. Prefiero quemarlo en el horno un poco o en la sartén y que coja sabor. Sufrí porque soy ansioso y me gusta comer. Tenía la necesidad de mascar algo aunque no me lo fuese a comer. Agarraba un pedazo de pollo de mi hijo y lo mascaba y después lo escupía. Después pasas a la etapa de comer chiquito”, relató.

Aunque hoy tiene más libertades, su cuerpo le exige otras cosas. “Igual no puedo comer como antes. Una de las cosas más me joden es que hoy con un amigo voy a comer una hamburguesa con una cerveza y … a mí me gustaba comerme la hamburguesa en cinco bocados. Ahora le tengo que sacar una tapa de pan y me como media. Si le meto dos mordiscos bravos, me siento mal. Tú te operas de la guata, no de la cabeza“, finalizó.