Tanto el director como la productora ejecutiva han reparado en la representación gráfica de la violencia contra la mujer en la serie. Un dilema que también alcanzó duras críticas en 'Game of Thrones'.

A pocos días del estreno de House of the Dragon, el director de la serie, Miguel Sapochnik, se refirió a la representación de la violencia contra la mujer en la producción de HBO. Esto tras recordar las duras críticas que recibió Game of Thrones durante su emisión por las constantes escenas de violencia sexual.

Desde su estreno en 2011, parte de la audiencia reparó en las crudas escenas en las que se mostraba la realidad de las mujeres en la época en que está ambientada la historia. Una de las más polémicas fue la noche de bodas de Sansa Stark y Ramsey Bolton, por ejemplo.

Sapochnik señaló en una entrevista con The Hollywood Reporter, que “la violencia contra las mujeres sigue siendo muy parte de ese mundo”. Así, dio a entender que en la precuela de GOT, volverán a mostrarse estos escenarios.

El cineasta enfatiza en que, es una realidad de la época que no puede ser ignorada. “Vamos a arrojar luz sobre ese aspecto. No se puede ignorar la violencia que los hombres ejercían sobre las mujeres en esa época. No debe ser minimizado y no debe ser glorificado”, aseguró.

‘House of the Dragon’ no romantiza la violencia contra la mujer

En la misma línea la escritora y productora ejecutiva Sara Hess, reparó en que estas escenas no significan que avalen la violencia masculina ejercida en la época. “Me gustaría aclarar que no representamos la violencia sexual en el programa”, dijo en una entrevista con Vanity Fair.

Además, asegura que en House of the Dragon no se glorifican estas conductas, como en otras producciones. “Hay muchos programas ‘históricos’ o basados ​​en la historia que romantizan a hombres poderosos en relaciones sexuales/matrimoniales con mujeres que en realidad no tenían edad para dar su consentimiento, incluso si estuvieran ‘dispuestas’”, explica.

En este contexto también justifica la sociedad de la época y la educación de los hombres. “Ponemos eso en pantalla, y no rehuyamos el hecho de que nuestras protagonistas femeninas en la primera mitad del programa son coaccionadas y manipuladas para hacer la voluntad de hombres adultos”, dice.

“Esto no lo hacen necesariamente aquellos que definiríamos como violadores o abusadores, sino a menudo por hombres generalmente bien intencionados que no pueden ver que lo que están haciendo es traumático y opresivo, porque el sistema en el que viven lo normaliza”, complementa.