El 15 de noviembre próximo se estrena la esperada cuarta temporada de The Crown, en la cual podremos ver por primera vez la figura de la princesa Diana.

La recordada Lady Di será interpretada por la joven actriz Emma Corrin, y su historia comenzará a contarse desde su adolescencia, cuando conoció por primera vez al príncipe Carlos, el hombre que marcaría su destino para siempre.

La producción también abordará cómo se inició el “romance”, las dificultades que tuvo Diana para integrarse a la familia real y las consecuencias del affaire entre Carlos y Camilla Parker Bowles.

Además también se tocarán temas como los celos y especialmente la bulimia que afectó a la princesa previo y posterior a su matrimonio con Carlos, un tema del que ella misma habló públicamente.

De hecho, debido a la imágenes y el tema, Netflix debió agregar una advertencia antes del tercer capítulo titulado Cuento de Hadas. “Este episodio incluye escenas de trastorno alimenticio que podría herir la sensibilidad de algunos espectadores. Se recomienda la discreción del espectador”, recomendaron.

Además sugieren visitar el portal Wanna talk about it creado por la plataforma de streaming para ayudar a víctimas de violencia y abuso sexual, así como para hablar de salud mental, autelesión y suicidio, entre otros temas.

Netflix

El drama de Diana

Según relató la misma princesa en conversación con su biógrafo Andrew Morton, comenzar a salir con el futuro rey de Inglaterra significó un gran cambio en su vida, pasando de ser una joven de 19 años normal a convertirse en una asediada figura pública a quien la prensa no dejaba ni a sol ni a sombra.

Las cosas empeoraron tras su compromiso con Carlos, cuando diferentes medios de comunicación comenzaron a hablar sobre el peso de Lady Di, quien siempre tuvo una figura un poco más rellena que sus hermanas, a pesar de ser una amante de la danza y el ballet.

Pero no fue hasta que su futuro esposo hizo un comentario sobre su cuerpo, que Diana comenzó a desarrollar un trastorno alimenticio.

“Mi bulimia comenzó la semana después que nos comprometimos. Mi esposo puso su mano en mi cintura y me dijo: ‘estás un poco gordita, ¿verdad?’. Eso desencadenó algo en mí”, afirmó Lady Di a Morton, quien luego convirtió sus conversaciones en el documental Diana: en sus propias palabras.

Pocos días antes de la boda en julio de 1981, la princesa tuvo su primer ataque de bulimia. “Recuerdo la primera vez que me provoqué ese mal. Estaba emocionada porque pensaba que era un modo de aliviar la tensión”, reveló.

Con el paso del tiempo sus ataques se hicieron más frecuentes y bajó rápidamente de peso, lo que despertó la curiosidad del público. “La primera vez que me probé el vestido de novia, mi cintura era de 73 centímetros. El día que nos casamos, medía 58 y medio. Me achiqué a nada”, recordó.

La noche anterior a la boda real, la princesa tuvo uno de sus peores ataques de bulimia. “Comí todo lo que pude encontrar, lo que divirtió a mi hermana porque estaba conmigo en Clarence House. Nadie entendía lo que pasaba. Todo era muy secreto”, reconoció.

“Al día siguiente desperté a las cinco de la mañana y estaba mortalmente calmada. Me sentía como un cordero al matadero y lo sabía”, dijo.

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La boda no mejoró las cosas entre Diana y Carlos, al contrario. De hecho, para la luna de miel, él llevó ocho libros para leer y además un par de gemelos con el logo de Chanel (dos C entrecruzadas) que habían sido un regalo de Camila, lo que desató la furia de la princesa.

“La bulimia ya era espantosa. Absolutamente horrible, sucedía cuatro veces al día en el yate (donde pasaron parte de su luna de miel). Todo lo que encontraba lo engullía y me enfermaba”, reconoció.

En octubre de 1981 quedó embarazada, pero sus problemas con la bulimia no mejoraron. A eso se sumaron las clásicas náuseas matutinas, que complicaron todo el proceso.

Cuando era consultada por su baja de peso, se excusaba asegurando que simplemente no tenía tiempo para comer debido a su apretada agenda y a que en cada evento debía saludar a muchas personas, por lo que no le quedaban momentos libres para comer, y además que hacía mucho ejercicio.

La Reina, en tanto, conocía el estado de Diana y culpaba a su enfermedad de los problemas maritales entre su hijo y su nuera. “Ella me dijo que creía que esa era la razón por la que nuestro matrimonio había ido cuesta abajo, porque Carlos tenía dificultades con la bulimia de Diana”, recordó. “Eso hizo que me diera cuenta de que todos veían aquello como un problema del matrimonio y no como una consecuencia del matrimonio”, afirmó.

En 1990 logró detener su bulimia, lo que le permitió enfrentar las cosas de manera más madura. Dos años más tarde, confesó su enfermedad al mismo Morton, quien lo publicó en su primer libro sobre la princesa.

La cuarta temporada de The Crown se estrena el 15 de noviembre en Netflix.