El próximo 15 de noviembre se estrena la cuarta temporada de The Crown, quizás el ciclo más esperado por los fans gracias a la llegada de la princesa Diana (Emma Corrin) y de la “Dama de Hierro” Margaret Tatcher (Gillian Anderson).

Este nuevo ciclo compuesto por 10 episodios, se ambienta entre finales de los años 70 y principios de los 90, donde la familia real inglesa vivió su época más mediática y donde el país se enfrentó a fuertes cambios políticos y sociales.

Los nuevos episodios también son los últimos para el actual elenco encabezado por Olivia Colman como la Reina, Helena Bonham Carter como la princesa Margarita y Tobias Menzies como el príncipe Felipe. En la quinta temporada, dichos roles serán asumidos por los legendarios Imelda Staunton, Lesley Manville y Jonathan Pryce, respectivamente.

BioBioChile tuvo acceso a los primeros cinco capítulos de la serie, los cuales vuelven a impactar con su imponente escenografía, fotografía, vestuario, impecables actuaciones y cuidados detalles, sin mencionar las innumerables metáforas presentes a lo largo de la temporada, nada sutiles, por lo demás.

El primer capítulo comienza con una tragedia que marca el destino de Carlos (Josh O’Connor), quien a sus 30 años es considerado todo un galán, por lo que comienza a ser presionado por todos para encontrar una “esposa digna”, a pesar que su obstinado amor (y relación) por Camilla Parker Bowles (Emerald Fennell) permanece intacto, aunque ella ya está casada.

La muerte de Dickie Mountbatten (Charles Dance), una figura paterna tanto para Carlos como Felipe, deja huella no sólo en la familia real sino que también en el mundo político, que endurece la lucha contra el Ejército Republicano Irlandés (o IRA, por su nombre en Irish Republican Army), responsable de su fallecimiento. De hecho, uno de los momentos más tensos de la temporada es la promesa a la Reina de la recién asumida primera ministra Margaret Tatcher, de acabar con el grupo terrorista.

Durante toda la temporada se incluyen imágenes de archivo reales que complementan la narrativa de la historia, que esta vez aprovecha de exprimir los detalles más sabrosos de los escándalos reales y sociales de la época.

Uno de estos momentos fue cuando Carlos arregló un encuentro entre su futura esposa y su amante, para que se conocieran; o la siempre recordada pulsera que mandó a diseñar para Camilla con las iniciales de los sobrenombres que ellos se daban y que fue descubierta por Diana.

Lo interesante de esto, será ver el debate que sin duda se desatará en torno al tema, entre quienes defiendan a Carlos por haberse visto obligado a casarse con Diana, y quienes defiendan a Lady Di por ser víctima de una infidelidad y desprecio de su marido desde el principio.

Parte importante de las primera horas de la serie se dedica a la esperada llegada de Diana Spencer, encarnada por la joven Emma Corrin, quien logra captar los mismos tics de Lady Di. Preste especial atención a la conferencia que dan para anunciar su compromiso en matrimonio con Carlos, donde la actriz consigue los mismos gestos nerviosos y tímidos que mostró la princesa en ese momento.

Pero la serie no busca dejar al personaje como una víctima, sino que poco a poco lo va desarrollando y mostrando los conflictos internos que comienza a exhibir producto de su ingreso a la familia y su falta de madurez, después de todo se casó sólo a los 19 años.

De hecho, se puede apreciar cómo pasa de tener una gran recepción por parte de toda la familia real cuando la conocen, a contar con el desapruebo de los mismos, especialmente de la princesa Ana, quien comienza a envidiar la excesiva atención que recibe de la prensa.

Asimismo, también se toca los trastornos alimenticios que la misma princesa confesó haber experimentado, con una advertencia al principio del capítulo.

A mi gusto, quien no saldrá muy bien parado después de la serie, será el príncipe Carlos. De hecho, el programa aborda varios momentos que despiertan rechazo por él en el espectador y hacen recordar las millones de historias que han rondado durante décadas a su triángulo amorosa con Diana y Camilla.

Pero sin duda, quien realmente se apoderó de la temporada fue Gillian Anderson y su interpretación de Tatcher. La serie se muestra interesada en explorar este personaje y no sólo desde el punto de vista político y cómo logró imponerse en un mundo machista, sino que también su historia de vida personal, especialmente su rol como madre con su hijo favorito.

Sin embargo, más interesante que aquello es la tensa relación que se da entre la Primera Ministra y la Reina, y los opuestos puntos de vistas que las dividen, generando un complejo escenario político, al que se le dedica un capítulo completo.

La temporada 4 también se adentrara en los silenciosos problemas matrimoniales y affaire de la princesa Ana, la relación de la Reina con sus hijos y la presentación de los dos menores y sus propios escándalos, los príncipe Eduardo y Andrés, este último el favorito de su madre.

El cuarto ciclo de The Crown se estrena en Netflix el 15 de noviembre.