Meg Ryan, John Travolta y Courteney Cox, sucumbieron a la presiones por verse lozano y joven. Aunque lamentablemente el resultado no siempre es el adecuado.

En Hollywood la presión por verse bien puede provocar que los famosos se sometan a cirugías quirúrgicas y procedimientos estéticos, pero muchas veces el resultado los deja mucho más complicaciones.

Son varias las estrellas que prefirieron las inyecciones de bótox o el lifting facial para mantener la expresión juvenil. No obstante, en muchos casos, los rostros no volvieron a ser los mismos de antes.

Revisemos a continuación, los casos más extremos de los últimos años.

La promesa que Hollywood abandonó:Lara Flynn Boyle

Quizás su nombre no suene, pero Lara fue parte del fenómeno televisivo que fue Twin Peaks. En la serie de culto creada por David Lynch, la intérprete dio vida a Donna Hayward, la mejor amiga de Laura Palmer. Desde entonces la carrera de la actriz empezó a despegar.

En esta línea, Flynn fue la antagonista en Men In Black 2, interpretando a Serleena, mientras en televisión tuvo un papel recurrente en el drama legal El Abogado. Su éxito estaba casi asegurado.

Lara Flynn Boyle

Pero en un punto, la carrera se truncó por los constantes retoques, además de una actitud polémica que la alejó de los focos. En una entrevista con Cosmopolitan, afirmó que amaba la fama.

“Me encanta ser famosa. No soy una de esas personas que dice, ¿Por qué no me dejan en paz? Si solo me importara actuar estaría haciendo teatro en Iowa. Pero a veces la atención en ti llega a un punto en el que está más allá de lo invasivo: da miedo”, expresó-

Un duro en Hollywood: Mickey Rourke

Considerado alguna vez como uno de los hombres más sexys del mundo, el cambio drástico de Rourke sigue causando polémica por su voluble forma de ser.

“He tenido grandes momentos en algunas películas, momentos que la mayoría de los actores que hay ahora no podrían interpretar en toda su vida. Pero también he cometido algunos errores. No culpo a nadie más. Solo espero poder aprender de ellos”, dijo a Los Angeles Times.

Mickey Rourke

Si bien, lo suyo era bastante notorio, el actor achacaba su cambio a sus combates de boxeo, pues en un punto de su carrera, decidió dedicarse a la profesión para emular a su ídolo Muhammad Ali.

“Me rompí la nariz dos veces, así que me realizaron cinco operaciones ahí y otra más por una rotura en el pómulo”, afirmó en 2009 al ‘Daily Mail’, aunque sostuvo que sus operaciones eran para mejorar el daño ocasionado por un cirujano inescrupuloso.

Famosos que se arrepienten: Courteney Cox

La intérprete de Mónica en Friends es una de las arrepentidas por abusar de las intervenciones. Por ello, sus palabras son un recuerdo de las presiones sociales que se ven sujetas las mujeres para verse jóvenes.

“Hay un momento en el que dices: ‘Ay, estoy cambiando. Empiezo a parecer mayor’. E intentas perseguir esa juventud durante años”, afirmó a The Sunday Times.

“No me di cuenta de que se me veía realmente rara con los pinchazos y haciéndole todas esas cosas a mi cara que nunca debí hacerme”, aseveró.

Courteney Cox

También reveló en el podcast Gloss Angeles, que todo ocurrió por un efecto dominó. “No te das cuenta de que te ves un poco fuera de lugar, así que sigues haciendo más porque te ves normal… y te miras al espejo y dices: ‘Oh, eso se ve bien"”, indicó en el espacio de entrevistas.

El controvertido caso de John Travolta

El protagonista de Pulp Fiction, es apuntado como uno de los actores que más acuden al quirófano, siendo habitual que estrene un cambio de look en los Premios Óscar.

Esencialmente, el intérprete de Danny Zuko, se ha visto con una apariencia rejuvenecida, poco natural, en un hombre que ya tiene 69 años. Asimismo, exponen que tiene múltiples injertos de cabello a lo largo de los años.

John Travolta

“La pista más obvia son los párpados inferiores, y sospecho que puede haber tenido una blefaroplastia en los últimos años. Él tenía los músculos periorbitales más llamativos y algunas arrugas, pero la cirugía se ha realizado correctamente”, explicó a la revista US Weekly, Miles Berry, especialista en cirugía plástica.

Una arrepentida en Hollywood: Melanie Griffith

La actriz Melanie Griffith, quien es una adicta al bisturí y los procedimientos, alteró sus pómulos y el mentón. No obstante, en 2019, la intérprete levantaba alarma por mostrar una imagen desmejorada.

La propia Griffith, declaró su sorpresa por las constantes críticas hacia su apariencia. “No me di cuenta de que me había pasado con la cirugía estética hasta que la gente empezó a decir ‘¿Dios mío, que se ha hecho en la cara? Me dolieron tanto esos comentarios que me fui a un médico para que arreglara toda la mierda que otro doctor me había hecho. Por suerte, ahora mi cara ya parece normal”, afirmó al medio Porter.

Melanie Griffith

Famosos que quieren ser eternos: Sylvester Stallone

Uno que tiene varias intervenciones es Sylvester Stallone, que mantiene sus facciones tersas por obra y gracia del bisturí, con su cabello engominado y las no asumidas arrugas de siempre.

En ese sentido, el abuso de esteroides podría ser otra causa de su particular rostro, puesto que siempre ha interpretado roles en películas de acción.

Sylvester Stallone

La polémica de la novia de América: Meg Ryan

La estrella de dramas románticos como “Cuando Harry conoció a Sally” y “Un Ángel Enamorado” ha generado reacciones negativas, en especial, porque su rostro no era absolutamente candidato para una operación. Aunque ella misma admite que el asedio de la prensa, la tiene completamente cansada.

“Hay temas más importantes que cómo las mujeres envejecen y la pinta que tienen”, mencionó Ryan, a la revista Porter, en 2015.

Meg Ryan

Sin dudas, había una carga muy grande para ella, que era conocida en su peak como “la novia de América”, algo que le molestó durante su carrera.

Hoy, derechamente se encuentra en “otra”. “Amo mi vida en este momento. Amo a la persona en la que me he convertido. Siento que ahora todo es fácil. Creo que eso viene con la edad”, afirmó a Porter.

“Hay conversaciones más importantes que cómo se ven las mujeres y cómo están envejeciendo”. “Nos quedamos atrapados en estas conversaciones sobre la imagen, el color del pelo… Es interesante y divertido durante cinco minutos, pero no más”, cerró.