Desde que comenzaron los rumores de una relación entre el príncipe Harry y la actriz Meghan Markle, esta última nunca más dejó de estar en el ojo mediático.

La americana, que ya conocía la vida pública siendo parte del elenco de “Suits”, la serie de televisión que la lanzó a la fama, descubrió lo descabellada que podía ser la prensa cuando escudriñaron hasta en su basura, buscando secretos, para así conocer más acerca de ella.

Pese a los intentos del príncipe, quinto en la línea de sucesión a la corona, por evitar que la prensa la acosara, tal como hizo con su madre Diana de Gales, los resultados no han sido favorables y la ahora Duquesa de Sussex ha sido blanco constante de las críticas de la prensa, pero también de los ingleses que ven como una americana es parte de la familia más importante de Gran Bretaña.

Un príncipe feliz

“God save the Queen” es una frase muy arraigada en los ingleses, quienes valoran a la familia Real a tal punto que son participes de cada evento que organiza la realeza, así como de cada noticia que protagonizan.

Un claro ejemplo fue el funeral de la princesa Diana de Gales, cuando el mundo miró el triste rostro del príncipe Harry, que con sólo 12 años caminaba tras el féretro de su madre. Se dice que es por esto que los ingleses le perdonaron todas sus locuras de juventud y sólo deseaban que algún día fuera feliz.

Y la anhelada felicidad la encontró en la actriz americana, de quien se enamoró en una cita a ciegas organizada por una amiga en común. De esta forma, mantuvieron en el más estricto secreto la relación que sólo 6 meses después fue dada a conocer por medios de prensa.

Harry se veía feliz y así se mostró el día que anunció su compromiso con la actriz, como también el día en que contrajeron matrimonio, cuando el mundo se volcó a seguir a través de las pantallas el enlace en el que participaron destacadas personalidades del espectáculo, así como los más importantes miembros de la familia real británica.

Hasta ese momento, todo era felicidad para la pareja, sin embargo, sólo fue un “veranito de San Juan”, ya que el tiempo pasó y las críticas no se dejaron esperar.

La críticas constantes

Desde antes que se realizara el matrimonio, la ahora Duquesa de Sussex, era blanco de las críticas por parte de los ingleses, desde su origen afroamericano hasta que sea una mujer divorciada.

Aunque todo era felicidad hasta el enlace, algo sucedió con la duquesa y sus “súbditos”, ya que la relación de cariño que mantenía con los ingleses se ha visto mermada debido a actitudes de Markle, que distan mucho de las que tendría cualquier miembro de la familia real.

Las críticas más relevantes han ocurrido desde que se anunció el embarazo de la actriz. Cuando esta participó en su “baby shower”, Vanity Fair comentaba que la duquesa había cumplido la mayoría de los cliches que una joven adinerada de Nueva York realizaría, visitando Ladurée o viajando en un privado jet Gulfstream G450, algo que no se esperaba de ella.

Según la publicación, el diario The Times mencionaba que como miembro de la familia real “quizás en el futuro la duquesa podría considerar medios de transporte menos contaminantes”, en concordancia con su defensa de las causas ecológicas.

Además, se le criticó que su paso por Estados Unidos para la celebración costara 300.000 libras (poco más de 257 millones de pesos chilenos), según indicó The Daily Mail. Una frivolidad para Meghan, quien ha librado una lucha constante contra la pobreza.

Pese a que sus amigas, entre las que se encuentran Amal Clooney y Serena Williams, le realizaron ostentosos regalos, la actriz no abrió ninguno, ya que quería esperar a estar junto a Harry para abrirlos, indicó Vanity Fair.

El desconocido Archie

Cuando nació el pequeño Archie la pareja no lo presentó en sociedad saliendo del hospital, como lo hicieron los duques de Cambridge con sus tres hijos, sino que la noticia se dio a conocer a través de su recién inaugurada cuenta Instagram, comentando “It’s a boy!.

El objetivo de esta acción era mantener la privacidad de Archie, para que tenga el anonimato que cualquier persona tendría y sólo mantenerlo bajo el foco público en actividades oficiales e importantes de la familia real.

Luego vino una imagen de los pies del pequeño en Instagram, justo en el “Día de la Madre”, cuando Meghan quiso recordar ese momento a través de la red social. El Daily Mirror comentó que “no quieren una foto artística del pie de Archie a los tres días. Son imágenes muy estilizadas. La gente solo quiere ver a Harry, a Meghan, al bebé con su camisón y a los padrinos, eso es todo. Es lo tradicional. No hay nada malo con ser tradicional cuando se trata de un bebé real”.

Esta declaración, publicada por BBC, venía a mostrar la trascendencia que tiene para los ingleses el nacimiento de un bebé real y la importancia de verle “en vivo y en directo”, considerando su posición dentro de las autoridades del Reino Unido.

Lo anterior se sumó al bautizo privado de Archie, al que no pudieron asistir miembros de la prensa o el público que les sigue constantemente y del que sólo se conoció información cuando la pareja dio a conocer imágenes del evento en el que participaron la familia real y la madre de la Duquesa.

Esta situación generó que el Telegraph publicara una columna titulada “Carta abierta a Meghan: ¿por qué el secretismo por el bautizo de Archie? A nosotros, los británicos, nos duele”, manifestando su desagrado por la privacidad del evento.

Según consignó ABC, la prensa ha reclamado que así como la pareja recibe oficialmente dinero de las arcas públicas del Reino Unido, también debieran hacer oficial el bautizo para así poder ver al pequeño públicamente.

A estas críticas se sumó la publicación anual del presupuesto que ha destinado el Estado para la monarquía inglesa, en lo que se consideran 2,6 millones de euros asignados exclusivamente a la reforma Frogmore Cottage, la residencia de los Duques de Sussex y Archie.

Sin embargo, esto no es lo único que ha afectado a Meghan, ya que se le ha cuestionado su aparición en Wimbledon, su paso como editora de Vogue y el reciente paseo que ha dado junto a su bebé mientras Harry participaba de un torneo de Polo.

La Duquesa Difícil

El apodo de “La Duquesa Difícil” se lo ha ganado con las acciones que molestan tanto a los ingleses como a la prensa, que ha hecho de la actriz su principal fuente de escándalos.

Aunque William Pharrel, cantante de 46 años, afirmó que la duquesa le confesó que “no nos lo ponen fácil”, tras agradecer las felicitaciones que habría extendido el artista a la pareja por su matrimonio en el estreno de la cinta “El Rey León”, destaca Vanity Fair.

Durante el evento también se le escuchó a Markle mencionar que el estreno era una cita para ellos, considerando las pocas participaciones públicas que han tenido tras el nacimiento de Archie.

Se espera que Meghan vuelva a la vida pública una vez que aparezca el número “Forces for Change” de septiembre en Vogue UK, donde actuará como editora invitada, destacando a 15 mujeres del mundo de la política, deporte y las artes.