El uso de aislantes para las viviendas está concentrado en un 99% por materiales provenientes de fuentes contaminantes. Por ello, Aislacor -un emprendimiento penquista- creó una solución natural en base a la corteza del eucalipto.

Una startup con base en el Gran Concepción se alió de las bondades del eucalipto para crear una innovadora solución a base a la corteza de ese árbol.

Se trata de Aislacor Spa, que ideó un aislante natural -no tóxico ni inflamable, con resistencia al moho y amigable con el medio ambiente- para forrar techos, paredes y pisos en la construcción.

La iniciativa se encuentra en pleno proceso de escalación y el producto, desarrollado en conjunto con la Universidad de Concepción, ya tiene licencia para operar en Chile, Brasil, Uruguay y Argentina.

De hecho, recibieron un premio al primer lugar en un concurso de innovación realizado por la Corporación Chilena de la Madera (Corma), donde compitieron 11 proyectos ligados a la investigación en la industria forestal y maderera.

José Luis Sfeir, director de Aislacor, comentó a BioBioChile que actualmente tienen instalaciones en la comuna de Santa Juana en la región del Bío Bío, donde realizarán la limpieza del material (corteza de eucalipto triturada).

Y posteriormente, eso se trasladará en fardos hasta las dependencias de la icónica fábrica de Bellavista Oveja Tomé, donde arrendaron 2.500 m2 para producir los tableros aislantes para despacho a los clientes.

“Estamos comenzando a recibir las máquinas desde Europa y la producción comenzará a mediados del 2024”, precisó Sfeir.

El director de Aislacor destacó que el aislante natural en base a la corteza del eucalipto posee características “superiores a los que se utilizan hoy en términos de aislación térmica y acústica, además de la baja huella de carbono que emite comparado con los provenientes de fuentes fósiles”.

“En la actualidad, el uso de aislantes para las viviendas está concentrado en un 99% por materiales provenientes de fuentes fósiles como el poliestireno expandido, la lana mineral y lana de vidrio: todas presentan una alta huella de carbono, sin enfoque de sustentabilidad”.

También se puede manipular “sin daño a las personas”.

Desde la startup están confiados en que su innovación tendrá “un gran potencial en la industria de la construcción” y remarcaron el impacto importante en la disminución de la emisión de gases de efecto invernadero, que actualmente es una de las principales problemáticas mundiales.

“Ojalá que todo funcione bien para poder hacer el aporte que requiere el país en este tipo de soluciones sustentables que permiten enfrentar los desafíos ambientales”, expresó Sfeir en una comunicación de Corma, que valoró este emprendimiento.