Durante la mañana del lunes, Codelco anunció su decisción de terminar anticipadamente el contrato que tenía con la firma canadiense SNC Lavalin, “por el incumplimiento grave en los hitos contractuales en que ha incurrido dicha empresa en la construcción de las plantas de ácido para la Fundición Chuquicamata”.

“Entre los incumplimientos, se encuentran el retraso en los pagos a sus subcontratistas, demoras en la ejecución del proyecto y problemas en la calidad de las obras, entre otros”, detalló la cuprifera mediante un comunicado.

La compañía ya había anunciado en enero que no iba a poder cumplir con sus proyecciones debido a un “serio problema” con un proyecto minero, que en ese entonces se negaron a precisar, lo que generó un desplome de 31% en sus acciones, el mayor retroceso diario en 27 años.

Al mismo tiempo, la empresa se encuentra en medio de la tormenta política que azota al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, quien habría presionado a la Fiscalía de su país para no investigar a SNC Lavalin por el pago de sobornos en la adjudicación de contratos.

Pero la situación se agudizó tras el anuncio de la compañía chilena. En concreto, de acuerdo a Diario Financiero, Codelco ha desarrollado seis proyectos importantes en Chiquicamata: entre ellos se encuentran la construcción de dos plantas de ácido, por 260 millones de dólares, cuyas obras fueron adjudicadas a SNC Lavalin en 2016.

Con todo, la minera estatal anunció que cobrará las boletas de garantía a raíz de los incumplimientos, que -según acusan- incluyen retrasos en los pagos a los subcontratistas, demoras en la ejecución de los proyectos y problemas en la calidad de las obras.

Peor aún, el ministro de Minería, Baldo Prokurica, estimó que las demoras costarán 40 millones de dólares a Codelco.

En su respuesta, mediante un comunicado, la SNC Lavalin acusó que “la terminación (del contrato) no está justificada y en violación de los acuerdos de buena fe alcanzados entre las partes”.

En su defensa, argumentaron que las dificultades tienen su origen en las condiciones del terreno (de lo cual sería responsable Codelco) y “a la mala calidad y acciones injustificadas de los subcontratistas de la construcción principal”, razón por la cual dijeron estar preparando medidas para la resolución de la disputa.

Dichos dardos apuntan a la constructora local Echeverría Izquierdo. Aunque sería la empresa chilena la que interpuso un juicio arbitral contra la canadiense por incumplimiento de contrato, cuyo proceso está a cargo del excontralor Ramiro Mendoza.

Según fuentes de la industria citadas por el periódico especializado, el retraso se convirtió en un “cuello de botella” que está impidiendo la entrega de las demás obras.