El Gobierno valoró el acuerdo alcanzado entre Minera Escondida y el Sindicato Número Uno de trabajadores para intentar destrabar el conflicto y así evitar la huelga del principal productor privado de cobre del mundo.

Desde el Ejecutivo, el ministro de Minería, Baldo Prokurica, y su símil de Hacienda, Felipe Larraín, destacaron la flexibilidad de la compañía y los trabajadores, recordando los efectos económicos que tuvo la movilización de 2017.

“Estamos frente a dirigentes que son responsables, que les preocupa Chile y sus representados”, sostuvo Prokurica.

En tanto, el jefe de la billetera fiscal añadió que “aquí ha habido flexibilidad por las dos partes para llegar a un acuerdo”.

Al respecto, desde el gran empresariado, el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Alfonso Swett, y el líder de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), Bernardo Larraín Matte, calificaron como buena noticia el acuerdo en Escondida, pero manifestaron preocupación por el precio del cobre, que ha llegado a mínimos en trece meses.

“Los acuerdos son siempre mejores que llegar a resultados a través de una paralización”, indicó Swett.

En medio de la extensión de la negociación, este viernes las bases de los trabajadores continuarán votando el acuerdo alcanzado entre Minera Escondida y el Sindicato, que incluye bonos y préstamos por 19 millones de pesos y un reajuste salarial de 2,8%.

Con esto se alejan los fantasmas de una nueva huelga en la faena –ya que aún está latente lo ocurrido en 2017 cuando se paralizaron las actividades por más de 40 días–, lo que mantuvo alerta al Gobierno por las repercusiones en pérdidas millonarias que traería en el sector minero y la economía del país.