"Contar con un colchón de capital previamente constituido, que pueda ser liberado al concretarse un evento negativo, ayudaría a mitigar los impactos respecto de la provisión del crédito a hogares y empresas", expresaron desde la entidad rectora.

El Consejo del Banco Central chileno decidió, de forma unánime, continuar con el Requerimiento de Capital Contracíclico (colchón extra de capital) para la banca nacional, el que será exigible a contar de mayo del 2024.

Tal requerimiento, originalmente solicitado en mayo y que versa sobre el 0,5% de los activos ponderados por riesgo (APR), se adopta debido a que, según el análisis del ente rector, “desde la Reunión de Política Financiera anterior -mayo 2023-, han aumentado los riesgos en el escenario externo”.

“Esto se ha asociado al estrechamiento y volatilidad de las condiciones financieras globales y al incremento de las tensiones geopolíticas”, añadieron en un comunicado.

Se extiende requerimiento de capital a la banca chilena

Dentro de los aspectos externos analizados en su última Reunión de Política Financiera, el Consejo del Banco Central destacó la elevación de las tasas de interés de corto y largo plazo a nivel internacional, las cuales estarían respondiendo a diversos factores, como la reaceleración de la economía e inflación en los Estados Unidos, la preocupación por la situación fiscal norteamericana y las perspectivas de “un equilibro mundial de ahorro e inversión más ajustado”.

“Pese a que no se han registrado nuevas tensiones en los sistemas financieros de las economías desarrolladas, como las observadas a inicios de año, se mantienen las vulnerabilidades en algunos segmentos de la banca regional en EE.UU. y en intermediarios financieros no bancarios”, advierten desde el Banco Central.

A nivel local, el Consejo de la entidad destaca los “importantes avances en la resolución de desequilibrios macro”, con una disminución del endeudamiento corporativo y la normalización de los indicadores financieros de los hogares y empresas.

Respecto a las tasas de interés de corto plazo, estas se han ido ajustando “en línea con una política menos restrictiva”, mientras que el financiamiento a largo plazo ha evolucionado “de acuerdo con los desarrollos macro-financieros internacionales”.

Lo anterior se tradujo en alzas para las tasas de bonos corporativos y soberanos, a la vez que, recientemente, los créditos a largo plazo, como los hipotecarios, se han visto afectados.

La necesidad de prevenir

Ahora bien, sobre la situación del propio sistema bancario nacional, este se “encuentra con un nivel de provisiones y capital suficiente para enfrentar un escenario de tensión severo”.

“No obstante, al igual que el resto de los agentes de la economía, es importante que continúe fortaleciendo sus capacidades para enfrentar eventuales eventos adversos y próximos desafíos, como el vencimiento de políticas de apoyo durante la pandemia, aumento de riesgo de crédito y convergencia a Basilea III”, enfatizaron.

Por estas, y otras razones, el Consejo del Banco Central decidió mantener el requerimiento extra de capital, destacando que el aumento de los riesgos internacionales mantiene vigente la posibilidad de que ocurra un evento negativo que se traduzca en una disminución significativa del crédito.

“Contar con un colchón de capital previamente constituido, que pueda ser liberado al concretarse un evento de esta naturaleza, ayudaría a mitigar los impactos respecto de la provisión del crédito a hogares y empresas”, concluyeron.