La comuna que presentó la mayor contracción fue Vitacura, con una caída del 59% de las ventas. Pasó de representar un cuarto de las ventas de lujo en la capital al 19% de ellas, con solo 24 transacciones durante el año pasado.

Según un informe de PROurbe Gestión Inmobiliaria -que recoge datos del Conservador de Bienes Raíces de Santiago y de la oferta pública varios portales web, además de su cartera propia— en 2021, en el segmento desde 35 mil UF, se vendieron sobre un centenar de viviendas más que el año previo.

“El alza de tasas por lo general no afecta la venta de una propiedad de lujo, pero sí la incertidumbre. El año 2022 estuvo marcado por la inestabilidad social, política y económica”, señala Víctor Danús, gerente general de PROurbe Gestión Inmobiliaria, para explicar la fuerte contracción que ha sufrido el mercado sobre las 35 mil UF.

Según un informe de dicha firma, si en 2021 se vendieron 229 viviendas, en 2022 la cifra llegó a 127, es decir 102 unidades menos.

La comuna que presentó la mayor contracción fue Vitacura, con una caída del 59% de las ventas. Pasó de representar un cuarto de las ventas de lujo en la capital al 19% de ellas, con solo 24 transacciones durante el año pasado.

A juicio de Danús, está pérdida de participación porcentual no se debe únicamente a la menor demanda, fenómeno transversal en todo Santiago. “Vemos que ha aparecido con fuerza oferta en comunas alternativas, como La Reina, Colina y Providencia, que juntas tienen más de 350 alternativas”, subraya.

En términos de publicación, las tres comunas que lideran son Lo Barnechea, Vitacura y Las Condes, con el 89% del mercado.

Sin embargo, si hablamos de ventas efectivas, la representación de dichas comunas cae a 58%.

Para el experto, las ventas debieran activarse durante el segundo semestre de este año.

“Las señales indican que la economía ya llegó a su punto más críticos y que la inflación, por ejemplo, está controlándose. Los compradores son muy sensibles a ese tipo de señales. De todas formas, la activación será gradual porque hay una demanda mucho más acotada que en propiedades de menor valor. Es un activo menos líquido pero que definitivamente tiene un mercado”, concluye Danús.