La reciente amenaza de Elon Musk, que aseguró que no iba a desarrollar más productos de inteligencia artificial (IA) y robótica para Tesla si no tenía más control en la compañía, revela que busca un manejo de su negocio como el que Mark Zuckerberg tiene sobre Meta.

No es un secreto que el multimillonario Elon Musk odia – o al menos eso hace parecer- al fundador de Facebook/Meta, Mark Zuckerberg. De hecho, lo retó públicamente a una pelea (física) el año pasado.

Pero pese a este “desagrado público” que pregona Musk sobre Zuckerberg, en realidad busca parecerse más a él, consignó RPP.

La reciente amenaza de Elon Musk, que aseguró que no iba a desarrollar más productos de inteligencia artificial (IA) y robótica para Tesla si no tenía más control en la compañía, revela que busca un manejo de su negocio como el que Mark Zuckerberg tiene sobre Meta.

Elon Musk aspira a contar con un 25% de control de votos en Tesla, a pesar de tener un 13% de las acciones de la compañía. Esta cifra bajó del 22% que tenía tras vender acciones para comprar Twitter por 44 mil millones de dólares en 2022.

Mark Zuckerberg tiene lo que Elon Musk anhela (y difícilmente tendrá)

Musk estaría buscando una estructura doble de acciones en Tesla, similar a la que tiene Meta.

Mark Zuckerberg tiene un 13% de las acciones de Meta, pero cuenta con “superacciones” que brindan unos 10 votos por acción, por lo que su control en las decisiones de la compañía es en realidad de poco más del 50%, lo que asegura su dominio sobre el gigante de las redes sociales, a pesar de no ser un accionista mayoritario en el papel.

Lamentablemente, para Elon Musk, sería “casi imposible” imponer un sistema dual como el de Meta en Tesla, ya que la compañía ya fue registrada como pública en el estado de Delaware en 2010.

“Es raro ver la estructura de múltiples clases de acciones como las que tiene Meta, que le da a las siguientes 20 o más generaciones de Zuckerberg control”, se quejó Elon Musk en X (antes Twitter) esta semana.

Elon Musk aspira a un 25% de control de votos, para “ser influyente, pero que pueda ser derrocado si el doble de accionistas deciden votar contra él”.

“Con menos de 15%, el ratio en contra para derrocarme hace una toma de control por ‘intereses dudosos’ muy fácil”.

Es poco probable que Musk no se salga con la suya en este aspecto, en medio de cuestionamientos a su comportamiento (incluyendo algunos relacionados con el consumo de drogas) y el efecto negativo que la compra de Twitter ha tenido sobre las acciones de Tesla.

“Toda esta situación apunta a una debilidad importante de Musk, que tiene insuficiente respeto por los accionistas externos que contribuyen el capital que es esencial para desarrollar su visión”, indicó Chester Spatt, profesor de Finanzas en la Universidad Carnegie Mellon a Business Insider.

Musk también tiene pendiente un juicio por parte de accionistas que han cuestionado sus paquetes de compensación, en particular uno de 50 mil millones de dólares que logró gracias a su influencia en la junta de directores de Tesla.