Cuarenta pacientes con cáncer de Barcelona (España), Nueva York (Estados Unidos) y Toronto (Canadá) decidieron tomar un nuevo medicamento que promete detener y reducir su enfermedad.

Se trata del MSC-1 un fármaco diseñado por el Instituto de Oncología Vall d’Hebron (VHIO) de España, que está hecho para evitar la extensión de las células tumorales y que causen metástasis como también para activar el sistema autoinmune para disminuir el tumor.

Tal como explicó en detalle la revista académica Nature Communications, este medicamento bloquea el LIF (Factor Inhibidor de la Leucemia), una citocina -proteínas que regulan las funciones de las células- que tienen los tumores, la que ayuda al cáncer a extenderse por el cuerpo permitiendo la proliferación de células madre tumorales y desactivando la alarma del sistema inmune.

“Hemos descubierto que LIF desactiva el sistema de alarma para que no lleguen las células del sistema inmune, como si un ladrón desactivara el sistema de alarma de un banco para que no llegara la policía”, explicó Joan Seoane, investigador y director del Programa de Investigación Preclínica y Traslacional del VHIO, quien fue el primero en relacionar el LIF con el cáncer y que es cabecilla de un equipo científico formado sólo por mujeres y él.

“LIF inhibe el gen CXCL9, que actúa como una señal para atraer las células T del sistema inmune, y hemos visto que al bloquear LIF en tumores con altos niveles de LIF se reactiva la llamada a las células T, que llegan al tumor para destruirlo”, detalló el experto, según recoge la versión en castellano del medio Huffington Post.

“El fármaco genera una respuesta elevada que elimina completamente el tumor y genera una ‘memoria inmune’, que significa que el sistema ya está entrenado para evitar recaídas”, explicó de forma más clara y subrayó que el MSC-1 sólo sirve para cáncer de tipo glioblastoma, de páncreas, ovarios, pulmón y próstata, “que suelen ser más agresivos y con peor pronóstico”, según explican en su página oficial.

El medicamento ya pasó una fase de prueba, y ahora entró en una segunda etapa de este tipo, en la que cuarenta personas con cáncer del hospital Vall d’Hebron (Barcelona), del Centro de Cáncer Memorial Sloan-Kettering (Nueva York) y del centro Princess Margaret (Toronto). En caso de funcionar, tardará algunos años en ser repartido a todo el mundo.

Tal como explicó el oncólogo, que también fundó Mosaic Biomedicals -una compañía dedicada a tratamientos contra el cáncer- el desarrollo de este fármaco tiene a su equipo “muy orgulloso” porque ya está siendo probado por pacientes y porque es primera vez que un medicamento contra el cáncer creado en Barcelona llega a un nivel internacional.