VER RESUMEN

Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

En el Desierto Florido, la planta conocida como "pata de guanaco", ha llamado la atención de científicos por su capacidad para resistir la el clima extremo del lugar más seco del planeta. Ahora creen que podría ser clave para combatir la sequía agrícola.

En el Desierto Florido, crece una curiosa flor a la que popularmente llaman “pata de guanaco”, se trata de la planta Cistanthe longiscapa, que podría combatir la sequía agrícola.

Resulta que, científicos de la Universidad Andrés Bello (UNAB) descubrieron que esta planta, que crece, florece y se reproduce en el lugar más seco del planeta, podría ayudar a los cultivos a resistir la falta de agua.

Ariel Orellana, bioquímico y director del Centro de Biotecnología Vegetal de la UNAB, explicó a BiobioChile que “al analizar su ADN y algunos rasgos fisiológicos y bioquímicos de esta planta, descubrimos que tiene características únicas que le permiten resistir esas condiciones extremas“.

Ahora, el investigador y su equipo piensan que “podría ser una fuente muy valiosa de información para enfrentar los efectos del cambio climático en la agricultura”.

Los “poderes” de la pata de guanaco

La pata de guanaco tiene mecanismos muy especiales, dice Orellana, por ejemplo, “cambia su forma de hacer fotosíntesis dependiendo de cuánta agua hay disponible, lo que le permite ahorrar agua cuando hay escasez“.

Por otro lado, su genoma indica que tiene más genes relacionados con la reparación del ADN, la fotosíntesis y el manejo del estrés celular.

“Además, produce pigmentos en la superficie de sus hojas que ayudan a protegerla del sol. Todo esto la convierte en una planta muy resistente”, señala el bioquímico.

Pero, ¿cómo esto podría combatir la sequía en los cultivos? En eso precisamente trabajan ahora. Los científicos están identificando los genes más importantes de esta planta, que le permiten sobrevivir en el desierto y luego investigarán cómo funcionan en detalle.

Pata de guanaco
Wikimedia Commons

“En el futuro, podríamos usar herramientas como la edición genética o el mejoramiento tradicional para introducir esas características en cultivos agrícolas como el tomate, el arroz, el maíz, el trigo u otras especies vegetales“, pronostica.

“También podríamos usar esta información para diseñar nuevas estrategias de manejo agrícola adaptadas a climas extremos”, plantea el experto.

Sin embargo, esto tomará tiempo. Los investigadores tendrán que realizar pruebas en laboratorio, en invernaderos y luego en el campo, para finalmente tener un método que funcione.

“Estimamos que podrían pasar entre 5 y 10 años antes de que estas soluciones puedan aplicarse en la agricultura”, calcula Orellana.

“Actualmente, ya logramos secuenciar el genoma completo de la pata de guanaco y estamos avanzando en comprender cómo funcionan los genes involucrados en su resistencia. Es un paso muy importante hacia el desarrollo de cultivos más preparados para el clima del futuro”, concluye.