Los expertos proponen la neurociencia educativa como una disciplina que pretende integrar los conocimientos sobre cómo funciona el cerebro en las aulas, para fomentar el aprendizaje.

Hace ya un par de décadas que los expertos en educación instalaron el debate sobre la aplicación de la neurociencia en las aulas, para usarla de complemento en el aprendizaje de niños y niñas.

Esto bajo el argumento de que, al entender mejor cómo funciona el cerebro, es posible encontrar mejores maneras para llevar a cabo los procesos de enseñanza y aprendizaje.

De hecho, con el paso de los años se ha demostrado que la generación de neuronas y su estimulación, son una realidad en las diferentes etapas del desarrollo de los niños y niñas.

Por esta razón, es de gran importancia que durante la vida escolar, cada educador se transforme en un experto motivador y estimulador del cerebro de niños y niñas. Así lo expone Milena Schublin, experta en educación y rectora del Colegio San Agustín.

“Como educadores hace más de veinte años que estamos hablando de la importancia de conocer el funcionamiento cerebro. Y de cómo estimular las conexiones neuronales, de cómo hacer que los aprendizajes de nuestros alumnos y alumnas sean un espacio de crecimiento y de desarrollo integral”, apunta.

“Que no solo les permita generar aprendizajes de contenidos, sino más allá de esto, que les permita desarrollar habilidades y destrezas para la vida”, agrega.

Asimismo, plantea que las organizaciones educativas, deberían buscar, a través del saber y de la actualización permanente de sus equipos de profesionales, herramientas de apoyo y crecimiento para todos sus alumnos.

No podemos descansar en solo quienes tienen facilidades para enfrentar nuevos desafíos cada día, debemos hacernos cargo de todos los alumnos, que con sus diferencias particulares hacen que las aulas tengan vida”, completa Schublin.

¿Qué es la neurociencia educativa?

Se sabe que la neurociencia corresponde a la investigación y los estudios del cerebro y con ello también el sistema nervioso. Pero ¿cómo se aplicaría en la educación?

Y es que en las aulas, la neurociencia se transforma en “una disciplina que pretende integrar los conocimientos neurocientíficos sobre cómo funciona y aprende el cerebro en el ámbito educativo“, explican Anna Carballo Márquez y Marta Portero Treserra, psicólogas y doctoras en el libro Neurociencia y educación: Aportaciones para el aula (2018).

Asimismo, “nos ayuda a saber cómo funciona el cerebro y cómo intervienen los procesos neurobiológicos en el aprendizaje. Para así favorecer que este sea más eficaz y óptimo”, complementa para el portal Educaweb, Anna Forés, Doctora en Filosofía y Ciencias de la Educación, profesora en la Universidad de Barcelona.

En la misma línea, enfatiza en que para aplicarla “debemos conseguir que el aprendizaje sea más útil, más creativo, más rápido, más intenso, más ameno. Y cada vez tenemos más información sobre cómo hacerlo”.

Claves para aplicar la neurociencia en la educación

Para comenzar a aplicar este modelo educativo en las aulas, los primeros pasos serían más bien simples y tienen que ver con aspectos básicos que se deberían fomentar en los niños. Así lo detalla un artículo en el portal especializado Neuro Class.

“El proceso de educación debe encaminarse hacia el dinamismo y evolución del sistema cerebral del niño. Esto permitirá una adaptación a la vida diaria y mejorará notablemente el proceso de aprendizaje”, explican.

En este sentido, sería pertinente partir por actividades que impliquen un esfuerzo o desafío para los niños; enseñarles a reflexionar sobre lo que están haciendo; fomentar el descanso adecuado, muy importante para el cerebro; y guiarlos a través del ejemplo, dice el artículo.

Por otro lado, también se recomienda “fusionar el juego con el aprendizaje“. Esto último porque “el juego constituye un mecanismo natural por el que se despierta la curiosidad. Además, ayuda en la adquisición de una serie de competencias fundamentales en el desarrollo psicológico y social en las personas”.

Similar a la técnica del juego, destacan del mismo modo el fomento de la creatividad en el aula, la actividad física y el aprendizaje basado en la experiencia. “Con este método, los estudiantes logran el aprendizaje significativo de nuevos conceptos de manera más autónoma, de acuerdo a su ritmo y facilidad”, apuntan.

Por último, también se enfatiza en la importancia del feedback. “Dicha herramienta incide notablemente en el aprendizaje, ya que promueve la motivación y autorregulación en los niños. Esto se debe a la activación que genera en el sistema de recompensa a nivel cerebral”.