El objeto era de carácter experimental y explotó a inicios de enero, dejando más de 80 escombros espaciales que ahora orbitan la Tierra.

Esta semana, el 18º Escuadrón de Defensa Espacial, de la Fuerza Espacial de EE.UU confirmó la destrucción del satélite experimental ruso KOSMOS 2499. El objeto explotó el pasado 4 de enero, pero no fue hasta ahora que Rusia informó oficialmente el incidente.

La información entregada por el organismo estadounidense, señala que fueron cerca de 85 piezas de escombros las que salieron despedidas y ahora orbitan la Tierra como basura espacial, a causa de esta falla.

Además, puntualizan que los restos podrían mantenerse en órbita por décadas antes de acercarse a la atmósfera, donde terminarían desintegrándose.

Esta no sería la primera vez que el KOSMOS 2499 sufrió una explosión. De hecho, el 23 de octubre de 2021, también se reportaron daños en uno de sus motores, que dejó aproximadamente 22 escombros a su paso.

El satélite en cuestión, fue lanzado a la órbita terrestre en 2014, y desde ese momento los datos de su seguimiento ya indicaban “maniobras inusuales”. Incluso esos reportes generaron especulación sobre que este objeto en realidad era un arma antisatélite o un recolector de desechos espaciales.

Sin embargo, el Instituto de Física y Tecnología de Moscú, desmintió los rumores y aclaró que se trataba de un satélite para experimentar motores de propulsión de plasma e iones en el espacio. Esto explicaría sus frecuentes fallas.

No es primera vez que un satélite ruso da problemas

A pesar de ser un experimento, su explosión despertó críticas entre la comunidad científica, quienes advierten los peligros de los escombros en órbita, sobre todo ahora que estos espacios están más ocupados por otros satélites de estudios y de comunicaciones.

Además, no es primera vez que Rusia es responsable de eventos como este. De hecho, LeoLabs Space, compañía que monitorea objetos en el espacio, recordó una situación similar en 2020, que también tuvo que ver con la experimentación de motores.

En ese entonces, un satélite similar llamado KOSMOS 2491 también explotó e incluso en enero de este año estuvo a punto de impactar con otros escombros rusos de la era soviética, que orbitan el planeta.

“Hemos identificado este tipo de colisión, entre dos objetos masivos abandonados, como el “peor de los casos” porque está en gran medida fuera de nuestro control y probablemente daría lugar a un efecto dominó de peligrosos encuentros de colisión“, aseguraron.