Esta semana, la flamante Academia Mundial de Ciencias sumó una nueva integrante a sus filas: la neurocientífica chilena de 38 años Karen Castillo.

El logro no es menor: para ser miembro de la institución, que promueve la investigación científica en países en vías de desarrollo, los aspirantes no pueden postularse sino que son invitados por alguno de sus miembros, para luego someterse a una votación entre los mismos.

La Academia la integran 1.222 científicos, entre ellos 14 ganadores del Premio Nobel. “La academia, a través de sus redes, nos da cupo para ir a aprender en laboratorios y universidades internacionales”, comentó Castillo a Las Últimas Noticias.

“La idea es que uno vuelva a su país de origen para generar avances”, agregó la neurocientífica, quien será parte de la institución por sólo cinco años, con la posibilidad de reelegirse dentro de los próximos cinco.

El científico que la nominó fue Ramón Latorre, Premio Nacional de Ciencias Naturales. “La competencia es feroz porque todos quieren postular a alguien. Se abrió un proceso especial para nominar a menores de 40 años. Este año aceptaron a cinco latinoamericanos”, comentó al matutino.

Pero, ¿cuál fue la razón principal para nominar a Castillo y no a otro científico local? La respuesta la entrega Latorre: “Estudió los sensores de temperatura que están en la piel. Le avisan al cerebro cuándo quitar la mano de las cosas calientes. Cuando estos sensores fallan, aparece el dolor crónico en enfermedades como el cáncer, neuropatía diabética o migraña. Por eso es importante estudiar por qué ocurre eso”.