Las elecciones de Estados Unidos fueron una clara pero muy moderada victoria del Partido Demócrata. Logró recuperar la mayoría en la cámara de representantes superando a los republicanos por nueve escaños y ganó también siete elecciones de gobernador, llegando a 23 de las 50 gobernaciones del país.

Sin embargo, en la pugna por le senado los demócrata sufrieron una dura derrota, no lograron mayoría. Los vencedores fueron los republicanos, que no solo mantuvieron su mayoría, sino que la aumentaron.

La diferencia de poder que implica la victoria en la Cámara Baja frente a la victoria en el Senado, radica en el hecho que los senadores se mantienen en sus cargos por 6 años y tienen la facultad de aprobar o desaprobar los nombramientos de diversos altos cargos del gobierno, incluyendo los ministros de la Corte Suprema; mientras las bancadas de diputados o representantes duran solamente dos años y sus mayorías son muy fluctuantes e inestables.

El partido demócrata intenta mostrar su victoria en la cámara baja como una muestra masiva de la voluntad de la nación, pero según las cifras difundidas el jueves, en la elecciones solo participó un 31% de los ciudadanos con derechos a voto y ello a pesar de los numerosos llamados al electorado, sobre todo por los demórratas.

Escucha aquí la columna completa