En la semana del aniversario 80 de su primer desembarco en territorio nacional, un grupo de intelectuales de Arica y Parinacota se propuso develar la historia más desconocida del Winnipeg, aquel barco francés que en 1919 trajo a Chile a más de 2.200 refugiados republicanos de la Guerra Civil Española.
La Unión de Escritores e Intelectuales de Arica y Parinacota comenzó sus actividades este lunes con una charla pública en la Biblioteca Municipal. Este viernes, la conmemoración se dará por finalizada con un acto central en el ex Cine Colón a las 19:30 horas, donde se exhibirá un óleo inédito del Winnipeg obsequiado a Víctor Pey (emblemático tripulante) de manos del mismo capitán del barco.
El objetivo es rescatar un episodio poco abordado en la historia oficial de la gesta solidaria: el desembarco de 24 refugiados que eligieron Arica para hacer efectivo su asilo político.
“La pertinencia nuestra era la relación con el oficio del poeta Pablo Neruda, que junto a Delia del Carril fueron los gestores de la travesía. Y porque descubrimos en el Archivo Nacional que los primeros 24 refugiados que se bajaron en Chile lo hicieron en el puerto de Arica”, cuenta a BioBioChile Hermann Mondaca Raiteri, escritor y vocero del colectivo ariqueño.
“(Entre los 24) venía una niña de 5 años y un grupo de pescadores; hombres de mar (la mitad de ellos) que aportarían en Arica, Iquique y Puerto de Ilo en la pesca de alta mar, la que habían desarrollado en el puerto de Malpica, España”, agrega el investigador.
La misión humanitaria, impulsada por el Presidente Pedro Aguirre Cerda con Neruda como designado oficial, se centró en la emigración republicana española desde el puerto de Pauillac, en Francia. El poeta tenía 35 años cuando la travesía comenzó el 4 de agosto de 1939. El 30 de dicho mes, la nave recaló en Arica.
Otra razón para el festejo, comenta Mondaca, radica en la influencia que dos emblemáticos refugiados del barco, los hermanos Víctor y Raúl Pey Casado, tuvieron en la ciudad del Morro: ambos construyeron el actual puerto ariqueño, además de contribuir como ingenieros en Punta de Lobos, Mejillones, Huasco y Punta Arenas, entre otras ciudades.
De acuerdo a la organización, nunca antes Arica había sido incluida en las conmemoraciones del Winnipeg. “La travesía real fue Arica, Valparaíso y Santiago”, recalca Mondaca. “Con esto, se hace justicia histórica. Nuestra propuesta es recuperar el patrimonio regional. Hemos iniciado la búsqueda de los descendientes de los refugiados españoles que llegaron a Arica. Y nos ha ido muy bien con eso”, cuenta sobre los relatos que serán exhibidos este viernes.
Para el escritor, visibilizar a los refugiados nortinos es fundamental para el patrimonio local. “El grupo de pescadores, por ejemplo, que llega a 12, venía de Malpica y ellos cuando termina la Guerra Civil, como estaban en las islas republicanas, deciden escaparse por el Canal de la Mancha. Y van en unos botes, y los recibe una lancha donde los transportan a Francia. Ese testimonio de escape es relevante”, cuenta el autor.
A su juicio, se trata de poner en relieve la valentía de los tripulantes. “Ellos dejaron a sus familias, algunos dejaron a sus muertos, a sus madres. Llama poderosamente la atención que todos ellos se reencontraran con sus familias españolas después de la muerte de Franco. Esa historia, reconstruida, continúa”, agrega.
Para el escritor, la historia personal de Salvador Aguilera, por ejemplo, funcionó como otro impulso para la investigación.
“Él se dedicaba al comercio, a la agricultura, y se enroló en el Ejercito Republicano (antes de la guerra). En un testimonio escrito, cuenta que fue a Barcelona para hacer un curso y en el ejército obtuvo el grado de Comisario. Luego, termina en la Brigada 24, en la histórica Defensa de Madrid (también conocida como la Batalla de Madrid), frente al asedio del bombardeo (de Franco) con aviones aportados por Hitler y Mussolini. Era la Legión Cóndor, formada por oficiales nazis, la misma del bombardeo de Guernica y el cuadro de Picasso”, recuerda.
Aguilera llegó a Arica a los 26 años y conoció a su esposa casi bajándose del barco. A los 28, se casó con ella y luego, ya establecido en la ciudad, se dedicó al comercio, a la importación, y a la fundación de un negocio emblemático de la zona: la Botillería Colón.
¿Ha sido fortuito dejar a Arica al margen de la historia oficial del Winnipeg en Chile? ¿Responde esto al centralismo arraigado del país? Para Mondaca, algo de eso existe: “Hay una carencia de investigación. Se hablaba de que habían llegado el 26 de septiembre a Arica, que se habían bajado 100 refugiados, por ejemplo. Pero también hay centralismo, que se manifiesta no sólo en lo económico y político, sino también en lo cultural”.
