El próximo 16 y 17 de octubre se presentará por primera vez en Chile El Anillo sin palabras, una adaptación del director y compositor estadounidense de origen francés, Lorin Mazeel de una obra maestra de R. Wagner.
Un cuarto de siglo tomó a R. Wagner componer su obra maestra, el ciclo El anillo del nibelungo. El resultado son cuatro óperas atravesadas por mitos y seres de origen germánico y nórdico: El oro del Rin, La valquiria, Sigfrido y El ocaso de los dioses. Y si bien la música y el libreto de cada una de estas son cautivadores y dan cuentan del genio del compositor alemán, las 15 horas que tomaría presentar una ópera tras otra suponen un desafío en todo sentido.
De ahí Mazeel logró condensar la historia épica en una sola pieza orquestal con El anillo sin palabras, que tiene una duración de poco más de una hora, seleccionando fragmentos que pudieran tocarse en forma de suite y que al mismo tiempo reflejaran la riqueza del lenguaje wagneriano, tanto en lo armónico como en lo expresivo.
En la puesta en escena, el público podrá escuchar este poema sinfónico sin pausas, como parte de la Temporada 2025 del Teatro Municipal de Santiago. Un concierto que marcará la primera vez que tanto la Orquesta Filarmónica de Santiago como su director titular nombrado, Paolo Bortolameolli, aborden esta pieza, y con el que además continuarán celebrando el 70º aniversario de este cuerpo estable.
Paolo Bortolameolli explicó que “la teatrología es una de las obras de arte más ambiciosas jamás creadas; el entramado de leitmotivs, el desarrollo orquestal, cómo Wagner traspasa de forma coherente la narrativa teatral y la conversión de todos estos elementos en un todo”.
“Por otro lado, Mazeel logra condensar muy efectivamente la historia en un recorrido cronológico argumentativo, partiendo con el preludio de El oro del Rin y terminando con la última escena de El ocaso de los dioses. Este concierto es una oportunidad única de experimentar la música de Wagner en toda su magnitud, porque en las óperas las orquestas van en el foso y no tienen protagonismo absoluto”, dice.
Estrenado en Berlín en 1987, El anillo sin palabras tiene su origen en un encargo que la discográfica Telarc hizo a Lorin Maazel (1930-2014) para adaptar la tetralogía en una versión orquestal más breve. Una ardua tarea para la que este músico de destacada trayectoria internacional —por cierto el primer estadounidense en debutar en el Festival de Bayreuth— se propuso cumplir cuatro reglas: seguir el orden cronológico de las óperas sin hacer interrupciones, crear transiciones armónicas entre ellas, escoger secciones instrumentales y reemplazar las melodías cantadas por instrumentos, y exclusivamente usar música de la autoría de Wagner.
Bortolameolli es reconocido como uno de los directores musicales más destacados de Latinoamérica, ha sido galardonado en siete ocasiones por la Asociación de Críticos de Arte y, en 2024, fue incluido por Forbes entre “Los 50 chilenos más creativos”.
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