Desde Sonic Youth, Charly García y Víctor Jara hasta C Tangana, el cantautor -próximo a sacar un nuevo disco- repasa influencias, nuevos referentes y el rol de la música como laboratorio genético latinoamericano.

Por Carlos Salazar

El compositor nacional Gepe realizó una pausa en la producción de su próximo disco, anunciado junto a la gira con que recorrerá Chile y parte de España para revisar las influencias tradicionales que pueblan su obra y el movimiento actual de la música chilena. Pop, folclore latinoamericano y nuevos sonidos urbanos que tienen en común una identificación, dice, con el deseo de ofrecer una canción a otro como punto de partida de un proceso creativo.

Motivaciones

“Para mí la música sigue siendo un vehículo para contarle algo a alguien y dejar eso fijado en el tiempo. Con ese motor me enamoré de la composición. Hay sonoridades que van más allá de lo que uno ha elegido. Lo latinoamericano me tocó una fibra en la sangre, eso resonó y le hice caso.

“Fue una primera intuición respecto a que ese mundo tenía un sentido más profundo de lo que hacía, por ejemplo, Sonic Youth, que desde adolescente y hasta hoy me gusta mucho, pero sentía que era algo consciente, mientras que la música de acá venía de un lugar más emotivo y sensorial. Eso me hizo sentido y empecé a echar mano a ese legado y a usarlo de manera responsable, e irresponsable a ratos, y así he ido construyendo un sonido”, señala sobre este germen compositivo que es una marca desde sus inicios como parte del dúo “Taller Dejao”.

Consultado sobre el desafío que implica evitar la repetición, opina que, si bien los elementos con los que trabaja cada artista siempre son comunes, lo que varía es la forma de organizarlos y reinterpretarlos según la mirada de cada autor. Esto, en conversación con estudiantes de la Escuela de Música de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano en la conferencia “Intuición y estética dentro del lenguaje musical”.

Temas

Allí, Gepe se refirió también a ciertas temáticas que conforman el ADN en la creación local.

“El otro día me llegó un comentario sencillo pero potente respecto a la música en Chile. Una persona en México, que trabaja en booking de artistas, le preguntó a alguien que conozco: ¿Por qué en Chile los artistas siempre están hablando de lo político, por qué son tan insistentes con eso?

“Creo que no es una decisión consciente, es algo que surge de manera natural con los referentes que tenemos. Es inevitable citar a Víctor Jara, Violeta Parra y Rolando Alarcón, para mí son como los Beatles, no puedes estar sin ellos y sin duda tenían un mensaje social y político que impregna su arte”, explica.

Carlos Salazar

Política e inmediatez

En el contexto institucional que rodea a la escena artística local, Gepe define una transformación que es parte de esa misma historia en la que la cultura parece virar hacia una opción política más conservadora. El artista reconoce que se está produciendo un alejamiento desde ciertos compromisos sociales y los riesgos que esto puede acarrear.

“Siento que ahora en Chile y el Mundo se le está dando la espalda a la conciencia, a lo que toma tiempo pensar, lo que genera un conflicto o una contradicción. Creo que artistas de antes como Morrissey o Calamaro no le temían a eso y es algo que se olvidó un poco en cuanto a actitud y música. Ahora estamos yendo a lo más inmediato y eso, sin duda, nos va a pasar la cuenta.

Lo que me di cuenta con el estallido es que la música no es suficiente, la música no soluciona los problemas. Es un acompañamiento solemne, sutil o que refleja la realidad, pero siento que mucha gente, de buena fe, se intentó refugiar en la música durante la revuelta”, agregó el cantante.

Influencias y estilo

Gepe describe su estilo como canciones de estructura pop con influencia, en mayor o menor medida, de la música latinoamericana, no sólo aquella de raíces folclóricas. Al hacer esta distinción admitió que ocupa un lugar en una tradición mayor que no se limita a un estilo musical específico.

“Me gusta decir que la Violeta y el Víctor no eran ortodoxos ya que lo que hacían era folclore urbano y eso es genial porque igual hay un lenguaje que se sigue subdividiendo. Son artistas demasiado importantes que uno ha estado observando toda la vida, y ojalá fuese igual con Rolando Alarcón, Margot Loyola o Gabriela Pizarro, que también son gigantes.

“Son artistas que se quedan en un momento y creo que en Chile no hay necesariamente una continuidad, no hay un Fito Páez o un Charly García, lo que es algo más bueno qué malo, que nos caracteriza como si fuéramos un archipiélago”, opinó el intérprete de “Buena memoria” durante la actividad enmarcada en el aniversario de la carrera de Composición Musical de la UAHC.

Respecto a la música que predomina en la actualidad, expuso ciertos recursos de la música urbana que no han sido suficientemente analizados.

Imágenes profundas

“El folclorista Osvaldo Jaque decía que en Chile hay una manera de escribir la tonada que tiene que ver con hablar desde los ojos, donde cada verso simplemente describe imágenes y puedes encontrar algo que se asemeja un poco en las letras urbanas, ahí hay letras profundas que tiene que ver con cosas inmediatas.

“Me encanta Sen Senra y C Tangana, siento que lo que tienen en común es que pasan de una imagen a otra, estar en la disco, enviar un mensaje de texto, conducir un auto, sufrir un accidente. No es que el género urbano sea la continuación de la tonada, pero el relato fragmentado es un gen intrínseco de lo latinoamericano”.