Camuflados entre gorros, lentes y chaquetones, Luis Fonsi y el cantante español Antonio Orozco ofrecieron un concierto sorpresa en la Plaza de Callao de Madrid, a vista y paciencia de los transeúntes.

Al principio del experimento, que pretendía poner a prueba a la audiencia española, los disfraces cumplieron su objetivo: por un par de minutos, la muchedumbre sorprendida no supo reconocer a quienes escuchaban.

La primera canción fue Qué bonito es, una colaboración que la dupla suele interpretar en vivo, aunque para muchos la pista pasó en vano. A esa altura, el público aún se mostraba suspicaz de la identidad de los cantantes.

El asombro general se produjo cuando Orozco comenzó a quitarse algunas prendas, y cuando la animadora Eva González irrumpió en escena para develar el misterio. Luego, vino lo que todos esperaban: el hit que hizo a Fonsi famoso en el mundo entero, Despacito.

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Aquel fue sólo el comienzo: el show callejero se extendió por alrededor de una hora, con canciones de ambos intérpretes. ¿La razón tras el evento? La presentación en sociedad de la nueva temporada del programa buscatalentos La Voz, versión española de The Voice, show que tuvo a Fonsi en Chile como jurado de la adaptación local.

En el programa español, el hombre de Échame la Culpa compartirá su rol de evaluador y coach junto a tres respetados nombres en la industria: el propio Orozco, Pablo López y Paulina Rubio.