Una pistola para un desesperado, de Juan Angulo: Intenso thriller en los arrabales de Talcahuano

Juan Angulo (Talcahuano, 1983) entrega en Una pistola para un desesperado un relato que atrapa, intenso, de acción pura, donde la adrenalina muchas veces gana sobre la racionalidad o una mínima esperable cordura de sus protagonistas. Y es que los instintos y los impulsos, los afectos, guían y se imponen. Junto a la fuerza bruta y buenas armas de fuego.

Una pistola para un desamparado

Muchos delincuentes nacen en “cunas” de delincuentes. Es el caso de Paul, el protagonista, y su hermano Michael, preso hace años en la cárcel El Manzano, de Concepción. Michael está ahí, postrado de por vida en una silla de ruedas, luego de caer en una trampa tendida por el “dueño” del hampa chorera y Chocano, un corrupto comisario de la PDI.

Michael saldrá pronto de la cárcel. Lo que podría suponer un cambio en el mundo delictual “chorero”. Antes que ello suceda, Paul, asociado con su prima Coneja, prepara la venganza. Porque se han enterado quién “vendió” a Michael. Para ello, Paul establece un plan donde incluye a una estudiante de periodismo, con la que establece una frágil e inestable relación sentimental.

En un mundo de lealtades volubles, donde todos quieren sacar su tajada, no hay nada seguro. Paul -Coneja, Michael- está desamparado, no solo desesperado. Y su única certeza es la posibilidad de morir.

Situada en una actualidad donde abunda la droga y la corrupción (aunque ésta siempre ha sido habitual en puertos y en un país cínico), tampoco falta una pareja de turbios ex-policías haitianos.

Talcahuano

Una pistola para un desesperado entrega una historia con mucha acción, giros y sorpresas, acordes al género y a una realidad precaria, violenta en muchos sentidos. Lo hace con una escritura fluida, con oficio, donde las tensiones, la acción y la adrenalina se administran con ritmo adictivo.

Además, la novela logra introducirnos en un par de ciudades -Talcahuano y Concepción y sus alrededores, en menor medida- y parte de su cultura de manera vívida. Detallando lugares, ambientes, el clima, con sus lluvias, temperaturas, pero también parte de su cocina, de sus lugares nocturnos, industrias (funcionando o cerradas), elementos que van configurando personalidades. Esto, una de sus grandes fortalezas, introduce al lector en un mundo paralelo. Al mundo delictual, con sus propias “lógicas”, formas de funcionar, sus códigos, afectos y sentidos de vida. Un mundo más profundo y complejo que el que, habitualmente, nos entregan novelas, películas y series policiales.

En Una pistola para un desesperado se combina lo delictual, esa actitud “antisocial” donde muchos son simplemente medios u obstáculos para lograr beneficios, con carencias, precariedades profundas. Con necesidades de pertenencia, de ser “alguien”, de tener una vida que no sea simple, opresiva y gris rutina.

Una pistola para un desesperado, de Juan Angulo, traslada a realidades, espacios y culturas que conviven con la globalización. Muestra culturas delictuales y vidas donde el presente no da espacios para sueños ni futuros posibles.

Una pistola para un desesperado

Juan Angulo Bastías
LOM Ediciones
Santiago de Chile, septiembre de 2025