En su segunda publicación en solitario, María José Castro, la coconductora del pódcast Con las ayuda de mis amikas, entrega las claves para atravesar la transición de los 20 a los 30.

Cumplir 30 y cruzar el umbral de la adultez a veces puede ser complejo y abrumador. Durante ese proceso, en más de una ocasión, surgen dudas −muy razonables− que no sabemos dónde ni a quién plantear. ¿Cómo ordenar los gastos de la casa? ¿Cómo elegir un sistema de salud? ¿Qué hay que saber antes de irse a vivir con un roomie? ¿Cómo cuidar mi salud mental o mantener el vínculo con mis amigos después de los 20?

La podcaster, periodista y conductora de TV, María José Castro, también conocida por su nombre en redes sociales, @soyladyganga, responde todas estas inquietudes en su nuevo libro, Cosas que me hubiese gustado saber antes de los 30.

“Decidí escribir sobre esto porque siento que uno a los 20 se está descubriendo, entendiendo su lugar en el mundo. Es una época donde hay que pasar, de alguna forma, de manera forzada a la adultez y tomar decisiones que nos afectan por el resto de nuestra vida”, comenta la autora.

“Los 30, en cambio, son una temporada de adaptación, por decirlo de alguna manera: ya sabemos quiénes somos, entendemos cómo funciona el mundo, nos empiezan a importar menos cosas que antes nos molestaban, y procesos que quizá se nos hacían complicados cuando teníamos 20, a los 30 se sienten mucho más simples”, agrega.

Con humor, empatía y referencias faranduleras, la comunicadora entrega una guía para enfrentar el cambio de década sin morir en el intento. A partir de sus propias vivencias y de la opinión de expertos en distintos ámbitos, en 284 páginas la autora nos demuestra que cumplir años es sinónimo de aprendizajes enriquecedores y muchas, muchas anécdotas.

“En el libro podrán encontrar consejos prácticos para poder sobrevivir en este paso de los 20 a los 30, pero también experiencias personales”, explica María José.

“Por ejemplo, hace muy poco me di cuenta de que a mis 37 (años) ya no puedo postular a una Working Holiday. Esa es una de las cosas que, claramente, me hubiera gustado saber antes de los 30. Quizá no me hubiese ido nunca a vivir al extranjero con una Working Holiday, pero haberlo sabido cuando ya no podía postular me frustró mucho”, cuenta.