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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

La obra 'Recuérdame mi vida' muestra la dolorosa lucha de una madre con Alzheimer y su hija, explorando la fragilidad de su relación. Escrita por Emilia Noguera y dirigida por Jesús Urqueta, la propuesta se enfoca en la emoción, acompañada con la música en vivo de Ennio Morricone. El montaje, que busca generar catarsis en el público al abordar temas como la eutanasia y la transformación de las relaciones familiares, se presenta en la sala Zoco.

El fatídico Alzheimer y la posibilidad de autogenerar nuevas relaciones familiares y transformar estilos de vida propone esta obra de la dramaturga Emilia Noguera.

Por Leopoldo Pulgar Ibarra

En la línea de realismo contemporáneo de la programación teatral de la sala Zoco, Recuérdame mi vida convoca a una madre que vive un irreversible proceso hacia el olvido total, y a una hija, instalada a una distancia difícil de acortar.

Entre ambas serpentea el grito doloroso e íntimo entre esta mujer de 48 años que advierte que su entorno se diluye sin poder evitarlo; y una joven que no sabe interpretar los signos de una enfermedad y siente que la pérdida paulatina de memoria de su mamá acrecienta la fragilidad de la relación entre ambas.

Escrita por Emilia Noguera, esta propuesta se sostiene en la emoción que concita y emana la lucha cotidiana de las dos mujeres, en la intimidad que va develando, el cariño y el amor filial y la búsqueda de autogenerar nuevas formas de relación y vida en medio de una crisis profunda.

El montaje también instala en escena al pianista Ignacio Méndez para interpretar en vivo música del compositor Ennio Morricone (La misión, Cinema Paradiso, Sacco y Vanzetti, Esperanza de Libertad), una escenografía en movimiento en una de sus planos y el universo sonoro de Marcelo Martínez.

La dirección pertenece a Jesús Urqueta (Prefiero que me coman los perros, Cuestión de principios, Lluvia constante, Honor, Arpeggione), por el que obtuvo el premio a la Mejor Dirección Teatral del Círculo de Críticos de Arte.

“Esta obra no trata sólo de una mujer con Alzheimer. También de una hija individualista que, por amor, termina yendo a la casa de su madre para cuidarla”, subraya el director Jesús Urqueta.

Recuérdame mi vida, foto de Daniel Corvillón

Juego de emociones

¿Cuáles son los soportes de esta propuesta?

“En primer lugar, este trabajo tiene que ver con un primer encuentro entre una productora de teatro musical, Cultura Capital, y Teatro Zoco, por lo que la prioridad está puesta más en la música que en la textualidad.

“Al mismo tiempo, es un trabajo de dirección que hago por encargo: poner en escena una obra con elenco definido, en la que resalte la emoción. Es distinto cuando hay una dirección autoral. En este caso, uno no pone tanto su autoría, pero sí pone el oficio. Creo que también se toma en cuenta que el público al que se quiere llegar con esta obra es menos habitual al teatro.

“Entonces, en este montaje quise construir un punto de vista considerando la enfermedad, obviamente, para contar una historia con belleza y un desarrollo escénico importante, porque sentía que el tema era bien corrosivo”.

¿A qué recursos artísticos y escénicos apelaste?

“Quisimos trabajar el concepto de espectáculo, donde el piano era súper importante, junto con tomar un texto que instala un tema desde la emoción. Una emoción que profundizan tanto el piano y un pianista que se mueve como otro personaje, como la relación de los roles, las actuaciones y los planos de profundidad que le damos con la escenografía.

“Es un tipo de puesta en escena que nunca había hecho. Nunca había trabajado con cámaras, con un instrumento en vivo ni mapping. Asumí ese riesgo desde la dirección de enfrentarse a un lenguaje que no conocía.

La obra también incluye trabajo documental. Varias personas coincidimos en que teníamos una historia con la enfermedad, lo que deriva a temas personales, con fotos que mostramos sobre una mesa. Son nuestras familias, nuestros muertos, nuestras cosas,

“Desde este lugar, el espacio sensible queda, quizás, más subrayado que el texto. Pero el texto es un gatillante o un pretexto para provocar emoción y para transformar el espacio en un espacio de liberación y catarsis, porque muchas veces la gente no encuentra lugares que le gatillen eso.

“Esta obra gatilla la catarsis a la gran mayoría de las personas. Es más o menos la experiencia que he visto en las funciones que hasta ahora llevamos”.

Recuérdame mi Vida, foto de Daniel Corvillón

Todo por amor

La enfermedad del Alzheimer es central en este montaje…

“Pero la obra no trata sólo de una mujer con Alzheimer, sino de la vida de una hija individualista que termina yéndose a la casa de su madre para cuidarla por amor, lo que también forma parte de un punto de vista.

“Es el lugar que pone la dramaturgia y que nosotros reforzamos en la puesta en escena. También me parece interesante que haya un punto de vista claro cuando ella dice ‘ya no más’, y la hija le dice ‘ya no más’. O sea, el texto habla de eutanasia, tema que pone una dramaturgia que es muy valiente.

“Tanto el texto como la puesta en escena tienen un punto de vista que pasa por distintos temas: la historia que se cuenta, la enfermedad y la enferma; por una hija que parte diciéndole a la madre: ‘bueno, no te metas en mi vida, yo voy a hacer lo que quiera con la plata que mi papá me dejó…’ Y termina agarrando sus cosas y diciendo, ‘bueno, voy a verte morir, voy a acompañarte a morir’”.

Espacio seguro

“Y eso es una decisión política, porque instala un personaje individualista, neoliberal que solo piensa en ella, que termina pensando colectivamente.

“En este sentido, el teatro se transforme en un espacio seguro de catarsis para las personas. ¡Que la gente se olvide de entender la historia y se conecte con la emoción! Creo que esto es un gran aporte -hoy día- por cómo está la salud mental chilena. Siento que también el teatro cumple esa otra función: transformarse en un espacio seguro para seres vulnerables”.

Recuérdame mi Vida, foto de Daniel Corvillón

Recuérdame mi Vida

Dramaturgia: Emilia Noguera
Dirección: Jesús Urqueta
Elenco: Paola Giannini y Sara Becker

Pianista: Ignacio Méndez
Diseño integral: Laurene Lemaitre
Diseño sonoro: Marcello Martínez
Fotografías: Daniel Corvillón
Diseño multimedia: Matías Carvajal
Maquillaje y peinados: Margarita Nilo
Camarógrafo en escena: Christian Zamora
Realización escenográfica: Fernando Quiroga
Realización árboles escenografía: Luciano Henríquez, Marina Torres
Asistente de dirección: Roxana Naranjo
Producción audiovisual y operador: Sebastián Pérez
Coproducción: Fundación Zoco Zoco, Cultura Capital.

Centro de las Artes Zoco
Avda. La Dehesa 1500. Lo Barnechea.
Jueves a domingo, 20.00 horas.
Entrada general, $ 23.000; menores de 30, $ 11.500.
Punto Ticket.
Hasta el 10 agosto 2025.