El destacado arqueólogo, que trabajo 43 años en el Museo Nacional de Historia Natural, donde fue Jefe del Área Antropología, conversa de los nuevos daños causados al pucará del Cerro Grande de La Compañía.

Con diversos estudios arqueológicos sobre la fundación de Santiago y diversas construcciones incaicas, como el pucará del Cerro Chena, habla de la historia e importancia de este pucará.

Pucará incaico del Cerro Grande de La Compañía

Ubicado en la comuna de Graneros, la construcción está en este cerro isla ubicado entre el río Cachapoal, por el sur, y el río Codigua, por el norte. Es el ultimo pucará incaico hacia el sur (aunque, según el arqueólogo, habría algunos indicios menores en un cerro en Tagua Tagua).

Rubén Stehberg descubrió junto a María Teresa Planella este pucará a fines de los 80. Planella estaba realizando su tesis e investigaba una “muy antigua acequia” del Cacique Juan Noyco Renricaren que se extendía del río Cachapoal hasta el “fuerte del ynga”. En terreno, vieron que éste llegaba a los pies del Cerro de La Compañía. Al subir el cerro, descubrieron el pucará.

Este sería el último pucará inca hacia el sur. En palabras de Stehberg éste habría tenido un rol más bien simbólico y de control, ya que los incas usaron una política de expansión basada más en acuerdos, que incluían beneficios y obligaciones, que en un dominio militar.

Stehberg destaca que en este pucará -y sus alrededores- se habría desarrollado la batalla entre Pedro de Valdivia y sus tropas (unos 70 españoles más algunos cientos de indígenas) contra las fuerzas del cacique Cachapoal. En forma coordinada y simultánea, Michimalonco atacaba Santiago el 11 de septiembre de 1541 (hace 480 años).

Durante el asedio a Santiago fue asesinado por los españoles, entre otros, Quilicanta, representante del Inca incluso después de ocho años de haber caído la capital del Imperio.

A partir de ese momento, Stehberg y Planella desarrollaron un trabajo al que sumaron a Hans Niemeyer y a Blanca Tagle. Desde esa época, Rubén Stehberg ha visitado el sitio en diversas ocasiones. En este periodo se buscó que el cerro fuera adquirido por el Estado. Pero finalmente fue adquirido por Luis Maldonado Croquevielle, Conservador de Bienes Raíces de Santiago.

El pucará del Cerro de La Compañía fue declarado Monumento Nacional en 1992.

Destrucciones al pucará del Cerro Grande de La Compañía

A pesar de su importancia arqueológica e histórica, y de estar protegido por la ley 17.288 de Monumentos Nacionales y de una declaratotia, este pucará ha sufrido al menos tres eventos en las últimas décadas que lo han deteriorado .

El primero deterioro fue provocado por animales al ser destinado a pastoreo de ganado. Este hecho fue denunciado y se solicitó que se protegiera el sector, cercándolo.

Después, el propietario arrendó (sabiendo que era Monumento Nacional) , en 1997, el cerro a una empresa de telefonía privada. Dicha empresa alcanzó a hacer una camino hacia la cumbre -donde se ubica el pucará-, destruyendo parte importante de las ruinas. En ese momento se paralizaron las obras.

Ahora, nuevamente el (mismo) propietario ha insistido dejar construir una antena en la cumbre. Para ello no sólo ensancharon el camino realizado hace más de 20 años, generando más daños. Además han hecho una gran y profunda excavación en un lugar estratégico del pucará.

De esta excavación, que se encuentra con enfierraduras y hormigón, no quedó ninguna documentación ni fue asesorada por algún arqueólogo. Tampoco solicitaron los permisos pertinentes al Consejo de Monumentos Nacionales.

“Los daños son irreversibles”, afirma Rubén Stehberg, “la información que había ahí ya no es recuperable.”

“No es posible reparar o reconstruir, porque sería una construcción moderna con material antiguo”, dice. “Usaron las piedras del pucará para construir no sé qué”.

El propietario, tanto por los daños iniciales provocados cuando ya era propietario como por ser Conservador de Bienes Raíces, sabía que el sitio estaba protegido. Y sabía del valor arqueológico e histórico del lugar como de los daños irreversibles que se estaban generando al Monumento Histórico.

¿Qué se podría hacer para evitar hechos como éstos?

Rubén Stehberg plantea varias ideas. La primera es que estos sitios arqueológicos e históricos tan importantes debieran ser del Estado.

“Estos sitios no deben estar en manos de particulares”, dice enfático. “Los sitios importantes deben ser del Estado”.

Una segunda medida es que “el Consejo de Monumentos Nacionales debería por lo menos dos veces al año monitorear estos sitios con drones”, sostiene. “Los sitios incaicos -más relevantes- no llegan a 10.”

Por último, el arqueólogo afirma que se deben “cerrar los sitios con alambre púa y se deben colocar letreros indicando que no se debe entrar en virtud de la ley 17.288.”

Rubén Stehberg ha publicado recientemente un nuevo trabajo sobre los canales de regadío incaicos que hubo en Santiago e Isla de Maipo.

Para mayor información, dejamos dirección a trabajo elaborado por los profesionales mencionados y adjuntamos informa de los daños recientes al pucará realizados por Beatriz Valenzuela. En este último se pueden apreciar los daños provocados.

https://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0717-73562004000400050&script=sci_arttext