A dos años de su estreno, el Colectivo Natuf reitera la vigencia de “El Círculo”, ahora en formato audiovisual, escenificando un complejo proceso de encuentros entre miradas antagónicas respecto de la situación de Palestina e Israel.
Por Leopoldo Pulgar Ibarra
Una propuesta, coproducida con M100, con rasgos bien especiales, además de su alto nivel artístico: ser un trabajo conjunto de actores y actrices chilenos con una fuerte identidad cultural judía o palestina, de acuerdo a sus orígenes familiares.
A eso se agrega un compromiso por dialogar con la mente abierta e ideas claras, “tratando de ponerse en el lugar del otro” e intercambiar inquietudes y cuestionamientos respecto de la historia de dos culturas que comparten un lugar de origen, que el grupo fijó en su nombre.
Natuf alude a una cultura preagraria nómada existente del Éufrates a Egipto entre los años 10800 al 8300 A.C., definida en 1832 en relación a Uadi-en-Natuf (en Cisjordania), y que incluye territorio palestino e israelí actual.
Creación y convicción
La versión virtual de “El Círculo”, grabada a dos cámaras, sin público, en febrero en M100, “traspasa la potencia de las premisas de la obra al formato audiovisual”, además de incluir nuevos materiales de archivo y gente del cine, recuerda Andrea Giadach, directora escénica de la obra y codirectora con Alejandra Díaz Scharager del proyecto de creación e investigación del Colectivo Natuf.
¿Cómo ha sido la relación como codirectoras del proyecto Natuf, dos años después del estreno?
“Buena. Seguimos vinculadas en una gran relación creativa y observancia de ciertos problemas que devienen de “El Círculo”: estamos trabajando en otro proyecto a partir de Diana Arón Svigilisky, periodista y militante del MIR, detenida desaparecida a los 24 años de edad durante la dictadura militar.
“A partir del horizonte ético común que construimos, queremos seguir ahondando en proyectos sobre la confrontación de miradas antagónicas, para dialogar, ponernos en el lugar del otro y generar co resistencia”.
Fantasías y realidades
Si lo biográfico y testimonial es la base de la propuesta ¿por qué lo ficcional?
“Lo ficcional nos permite crear encuentros que no existen, pero basados en testimonios, para ponerse en el lugar del otro: como el de un soldado judío-israelí y un fedday palestino (resistencia palestina) o una partisana judía de la Segunda Guerra mundial y un fedday palestino de los 70.
“Nos atrae la fantasía de un encuentro, de un relato que los une, gente que ha luchado por la sobrevivencia y la razón del respeto.
“Incluimos también un astronauta que mira la Tierra desde lejos, simbolizando la visión judía real de reparar el mundo, una concepción fantástica borroneada por Israel.
“Y alude a nuestros encuentros como colectivo, sus tensiones, los conflictos que surgen y la apertura a lo que realmente pensamos”.
Coexistencia y rechazo
¿Predominan las miradas antagónicas por sobre querer ponerse en el lugar del otro?
“El 14 de mayo de 1948 es el día de la fundación e independencia del Estado de Israel -con el apoyo de Europa y Estados Unidos- mientras que para Palestina el 15 de mayo de 1948 es la Nakba (la Catástrofe), que recuerda la expulsión de alrededor de 800 mil palestinos de sus tierras y hogares tras la ocupación israelí.
“Era un territorio donde coexistían judíos-árabes, judíos-musulmanes, cristianos ortodoxos, cristianos católicos… Mi abuelo tenía amigos judíos, convivían palestinos y judíos”.
Hasta que intervino el movimiento sionista…
“El sionismo es un movimiento nacionalista judío-europeo que toma una leyenda mitológica para promover el estado de Israel en la Palestina histórica: en su base defiende el derecho del pueblo judío a tener un país. Pero la ejecución de esta idea se ha hecho a través de la colonización, el expansionismo y el apartheid del pueblo palestino.
“Y aunque es un movimiento no religioso utiliza la Biblia para realizar cruces confusos para justificar la gestación del Estado de Israel que se hace sin acuerdo con los palestinos, sino expulsándolos y exterminando 500 aldeas.
“Esto sigue pasando hoy: detienen a palestinos del 48, entran en sus casas a las 3 de la mañana y detienen a la familia. Tenemos memoria, los chilenos tenemos recuerdos similares”.
¿Coinciden en el grupo sobre estos temas?
“Mis compañeras y compañeros judíos han tenido diversos viajes y creo que ahora ven la situación de manera más cercana. No quiero hablar por ellos, creo que la obra y los conversatorios serán muy interesante por lo mismo. El proceso nuestro nos ha llevado a ver cosas nuevas.
“Entre los judíos/as hay activistas, defienden la co resistencia y como muchos judíos en el mundo y en Israel rechazan la colonización y el apartheid del Estado de Israel”.
La obra vuelve justo durante un alto al fuego en Gaza…
“Sí. Íbamos a reponer la obra antes que se iniciaran los últimos ataques a Gaza. Ahora hay un alto al fuego, pero la situación expansionista y el apartheid continúa de una manera feroz. La situación es muy asimétrica y los acuerdos de paz con países árabes son económicos y van dejando solos a los palestinos.
“Nuestra obra será siempre contingente, porque sigue el desplazamiento de pueblos y la necesidad del encuentro con la mirada antagónica. En Chile ahora mismo, el pueblo coya está sufriendo con la minería”.
El Círculo
Creación e Investigación: Colectivo Natuf
Co-dirección del proyecto: Andrea Giadach y Alejandra Díaz Scharager
Dirección escénica y Dramaturgia: Andrea Giadach Producción creativa: Alejandra Díaz Scharager
Elenco: Shlomit Baytelman, Samantha Manzur, Moisés Norambuena, Constantino Marzuqa, Antonio Zisis, Juan Carlos Saffie, Alejandra Díaz Scharager, Ana Campusano
Diseño integral: Ana Campusano
Asistencia de investigación y Registro de archivo: Cristina Hadwa
Diseño sonoro: Marcello Martínez
Asistente dramaturgia: Pablo Manzi
Proyecciones: Niles Atallah
Mapa sinfín: Rafael Guendelman Hales
Marioneta: Santiago Tobar
Producción en terreno: Emilia Morales, Rayen Morales
Dirección audiovisual y Dirección de fotografía: Emilia Martin
Escenario Virtual M100
Jueves a domingo, 20.30 horas.
Entradas (paga lo que puedas), $ 3.000, $ 5.000 ó $ 7.000. 27 de mayo al 13 de junio.
Centro Cultural de España
Conversatorio vía Zoom: 2, 9 y 14 de junio, 19.00 horas.
