La mañana de este jueves se confirmó el fallecimiento del ganador del Premio Nacional de Ciencias 1994 y uno de los intelectuales más importantes del país, Humberto Maturana, a los 92 años.

“Con dolor me entero de la partida de un gran amigo y ser humano. Su dimensión intelectual fue siempre motivo de orgullo para la @uchile y para el país. Fue inspirador al abrir alternativas para percibir y acercarse a la biología. Mis condolencias a su familia y seres queridos”, escribió el rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi, confirmando la noticia.

En su amplia trayectoria en ciencia y filosofía, junto a Francisco Varela, definió el concepto de autopoiesis en el libro De máquinas y seres vivos , que habla de cómo los sistemas vivos reproducen los componentes que los constituyen.

Entre otras obras escritas por Maturana se encuentran La objetividad: un argumento para obligar, Emociones y lenguaje en educación y política, La democracia es una obra de arte y, junto a Ximena Dávila, El árbol del vivir.

En 2012, en medio de movimientos sociales, principalmente de estudiantes, que surgieron en esos años, comentó en el programa de conversación política Tolerancia Cero que resulta fundamental “permitir que los jóvenes sientan que conversan del país y son escuchados. Uno de los motivos del resentimiento es el no ser escuchados, no ser respetados”.

“Yo no digo que hay que investigar la violencia sino preguntarnos qué estamos haciendo para que esto pase. Qué hacemos para que aparezca el resentimiento”, sostuvo.

En entrevistas con otros medios de comunicación, así como en conferencias, evidenció su pensamiento con otras reflexiones. Puedes leer algunas a continuación:

1. “Sin aceptación y respeto por sí mismo uno no puede aceptar y respetar al otro, y sin aceptar al otro como un legítimo otro en la convivencia, no hay fenómeno social”.

2. “Todo tiene que ocurrir como un proceso armónico. Si eso se pierde, enfermamos, y si eso empeora, morimos. Los modelos de pensamiento alteran nuestra fisiología. Escuchar en el respeto no es lo mismo que escuchar en el odio. Y no es una prédica, sino una invitación a gatillar cambios estructurales. Porque todos los organismos interactuando entre sí cambian juntos, como nosotros hoy, aquí. ¿Qué se tiene que dar en esa interacción? Tiempo. Si no tenemos tiempo de encontrarnos, no hay encuentro posible”


3. “No es cierto que los seres humanos somos seres racionales por excelencia. Somos, como mamíferos, seres emocionales que usamos la razón para justificar u ocultar las emociones en las cuales se dan nuestras acciones”
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4. “Se dice que el progreso tiene que ver con la competencia. No quiero desvalorizar a Darwin, pero es un hecho que cuando competimos, el autoengaño es pensar que mi bienestar radica en negar al otro. Y en realidad uno se siente bien haciendo las cosas que sabe hacer, en el momento oportuno. Lo peculiar en nosotros es que vivimos en el lenguaje, podemos reflexionar y elegir. Por eso, en el preciso momento en que el otro pasa a ser referente de lo que hago, me desvalorizo a mí mismo. En cambio, cuando hay colaboración, la competencia ya no existe, porque no existe la amenaza”.

5. “La pandemia nos da una oportunidad de ser efectivamente seres ‘humanos’, en el mutuo respeto. Pero hemos vivido en una cultura en la cual se enfatiza en la competencia, la lucha, el ser mejor que el otro, en ganarle al otro, etc. Entonces con ese trasfondo cultural resulta difícil no estar en la lucha, dejar que aparezca la colaboración. Y para que aparezca la colaboración tengo que confiar, tiene que haber honestidad”.