Chile es el segundo productor de salmones en el mundo, una industria que en 30 años ha tenido un fuerte crecimiento que la ha llevado desde Puerto Montt y Chiloé a la zona de Aysén y a Magallanes dejando una fuerte estela de contaminación.

Pero esta industria -en manos casi exclusivamente extranjeras- genera grandes niveles de contaminación, destruyendo medioambientes limpios. Y, por razones comerciales, busca y depreda aguas prístinas para ofrecer salmones criados en aguas no contaminadas… A lo anterior se suma que cientos de miles de salmones -que no son originarios de Chile- se han escapado de sus jaulas depredando especias nativas.

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Un viaje de sueño y denuncia

Ramón Navarro, surfista y activista, en un viaje junto a su padre, pescador artesanal, muestran la realidad de las salmoneras en la Patagonia y los graves peligros que parecen poco importar a un país que ve estos problemas como algo lejano, ajeno.

La familia Navarro vivió en Carelmapu en los 80, durantre la “fiebre del loco”, donde cultivaron relaciones y afectos que se mantienen hasta hoy. Pero cada visita le ha mostrado a Ramón un ambiente en creciente deterioro, motivándolo a mostrar lo que ha generado la industria salmonera.

En Chiloé ya colapsaron todas las aguas por la intervención de la salmonicultura.  En 2016, un bloom de microalgas impactó no sólo a la industria salmonera, sino también a almejas, robalos, y rollizos, lo que afectó a toda la comunidad local, sus fuentes de trabajo y al medioambiente. Tras la crisis del 2016, la industria sufrió la mortalidad de 40 toneladas de especies de cultivo, lo que llevó al vertimiento, en medio del mar más de 9 toneladas de salmones muertos, generando un impacto ambiental invaluable. Si pensamos que esto sucedió en Chiloé, ¿Por qué no va a pasar en los lugares del sur donde se instalen?, comentó Ramón Navarro.

"Estado salmonero", foto de Daniel Casados (c)
“Estado salmonero”, foto de Daniel Casados (c)

“Muchas de las granjas que ya funcionan en Magallanes han generado zonas sin oxígeno, donde la flora y la fauna marina no puede prosperar”, afirma la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA), agregando que “las granjas de salmón contaminan el fondo marino con grandes cantidades de desechos, provenientes de alimentos sin consumir, de las heces de los peces y de los químicos usados en su cultivo”.

Oceana, por otro lado, afirma que todas las salmoneras usan antibióticos en cantidades supera el uso promedio permitido en Noruega, con un negativo impacto en el medio ambiente, la fauna silvestre, la pesca artesanal y la vida humana.

¿Vamos a seguir produciendo más de 900 millones de toneladas en un ecosistema donde nunca hubo salmones?. Tenemos que hacer este tremendo proceso de ir a pescar sardinas anchovetas, hacerlas harina de pescado, dársela a los salmones, contaminar los fiordos de la Patagonia, llevarlo en avión hasta Estados Unidos, ¿para que alguien se lo coma?”, pregunta Lisbeth Van der Meer, Vicepresidenta de Oceana Chile.

"Estado salmonero", foto de Daniel Casados (c)
“Estado salmonero”, foto de Daniel Casados (c)

“Ayúdanos a proteger los últimos lugares prístinos de nuestro planeta. Evita comer salmón cultivado y di NO a la expansión de la industria salmonera a la región de Tierra del Fuego, Magallanes y al canal de Beagle en el sur de Chile y Argentina. Además, los invitamos a informarse y tomar acción firmando la petición en www.patagonia.com/EstadoSalmonero”, Ramón Navarro

Para asistir al estreno, se deben inscribir en: https://cl.patagonia.com/pages/estado-salmonero
   
“Estado salmonero”
Estreno: lunes 27 de mayo, 20:00 horas
Teatro San Ginés de Santiago