El centro dedicado a la danza, la performance y disciplinas afines lanzó la semana pasada la programación de OtroSur, ciclo bienal de danza contemporánea que estará presentando hasta diciembre seis obras de la región iberoamericana. Además, anuncian los pocos días que quedan para postular a “¿Por qué me muevo?”, un inédito programa gratuito de residencias de formación.

Hace casi cuatro años se ubica en las inmediaciones del barrio Yungay el Centro NAVE, un lugar inédito en Chile y Latinoamérica por su carácter permanente de residencia para artistas, que permite a creadores nacionales y extranjeros instalarse en el recinto simplemente a crear en torno a lo que llaman Arte Vivo, es decir, disciplinas como danza, performance, teatro, música y todos sus cruces imaginables, donde el cuerpo encuentra nuevos límites y nuevas formas de manifestarse y pensarse.

Fachada NAVE | Foto: Mila Ercoli
Fachada NAVE | Foto: Mila Ercoli

Emplazado frente a la Peluquería Francesa, el actual edificio de NAVE fue un conjunto de ocho casas de principios del siglo XX, dañadas por un incendio en 2006 y posteriormente por el terremoto de 2010. Su recuperación estuvo a cargo del arquitecto Smiljan Radic, quien consideró la reconstrucción de la fachada original en su totalidad, mientras en su interior cimentó modernas salas de ensayo, oficinas y habitaciones para residencias, poniendo en valor patrimonio y vanguardia.

“En estos años NAVE se ha convertido en un lugar de búsqueda obligatorio, donde la creación no tiene límites y eso es lo interesante de un espacio como este: al ser tan versátil y al tener tan buenas condiciones profesionales permiten que cualquier cosa que esté en el inconsciente o subconsciente del artista se pueda materializar dentro de la escena”, comenta María José Cifuentes, directora ejecutiva del centro. Y añade su fiel convicción sobre la palabra danza, “la que se permea de múltiples disciplinas, por eso nos acomoda más pensar esto como un Arte Vivo, aunque no por eso debemos descuidar lo que implica la danza como una acción política, como una acción comunitaria, como una expresión social y política”.

Con más de 500 artistas en residencias y funciones a la fecha, hoy el centro es administrado por la Fundación Patrimonio Creativo, organización que está en constante búsqueda de donaciones para sustentar el espacio y recibir apoyo que permita continuar con su programación, la que cuenta con varios hitos en el año.

Uno de los más importantes es el que NAVE anunció el pasado lunes, Día Internacional de la Danza, con la programación de la tercera edición de OtroSur, un ciclo de danza contemporánea suramericana a la que asistirán artistas de Brasil, España, Argentina, Uruguay y Chile para presentar sus funciones. Este ciclo, por primera vez, se inspirará en la construcción del paisaje desde el cuerpo, el movimiento y los objetos.

Foto: Mila Ercoli
Foto: Mila Ercoli

Cada obra a presentarse entregará una sensible percepción sobre la construcción del paisaje, desde el cuerpo, el movimiento y los objetos, poniendo en tensión la representación cultural propia de nuestro paisaje sudamericano. Puedes conocer sobre las obras a exhibirse aquí.

Otro hito de NAVE es el lanzamiento, por tercer año consecutivo, de la convocatoria ¿Por qué me muevo?, un programa de residencias de formación que becará a 8 artistas (4 de la RM y 4 de otras regiones) que estén desarrollando proyectos de creación, para recibir tutorías de artistas nacionales e internacionales. El programa es realizado en conjunto con el Ministerio de las Culturas y tiene como objetivo entregar herramientas de creación e investigación y a profundizar sobre las metodologías y prácticas que surgen en torno a la danza. Aún se puede postular con la información requerida en este link.

Sobre las residencias y los intercambios con otros países, Cifuentes señala s que “antiguamente pensábamos la internacionalización sólo como el suceso de llevar una obra fuera de Chile, hoy la internacionalización va de la mano de la investigación. Estos dos últimos años lo que más hemos desarrollado en NAVE son puentes entre artistas con residencias cruzadas, llevando gente de Chile a hacer residencias a otros países (…) Creo que hoy nos encontramos frente a una democratización de la danza casi tan potente como la que existió en los años 60, pienso, por ejemplo, en una Judson Church y en cómo se intentaba de alguna forma llevar la danza no solo a diferentes espacios, sino también a que las personas vivieran la danza desde un lugar más cotidiano y que pudieran reconocerla en sus cuerpos. Siento que hoy está esa urgencia y necesidad por transportar la danza a un cuerpo social y NAVE cumple un papel en eso”, finalizó.