La investigación del escándalo de la venta de vacunas caducadas en China condujo a la detención de 202 sospechosos y a la imposición de sanciones contra más de 300 funcionarios y autoridades públicas, anunció el Gobierno.
El descubrimiento de una red de venta de vacunas caducadas, almacenadas o transportadas ilegalmente por un valor total de varias decenas de millones de euros provocó en marzo una ola de indignación en el país.
Además de los sospechosos detenidos, 357 funcionarios gubernamentales implicados en el escándalo fueron despedidos o bajados de rango, señaló el Gobierno central en un comunicado difundido el miércoles a través de su página web.
La opinión pública china se indignó en particular por el tiempo transcurrido entre la detención hace casi un año de las dos principales sospechosas, una madre y su hija originarias de la provincia de Shandong (este), y la reciente revelación del caso por las autoridades.
Desde 2010, las dos mujeres vendieron 25 tipos de productos, entre ellos vacunas contra la poliomelitis, la rabia, la hepatitis B o la gripe, precisó anteriormente la revista china Caijing.
Este escándalo sanitario es el último de una larga serie, el más sonoro de los cuales fue en 2008 el de la leche en polvo adulterada que provocó la intoxicación de unos 300.000 niños, seis de los cuales murieron.