Boris Weisfeiler, matemático ruso, nacionalizado norteamericano y de origen judío, desapareció en nuestro país el 4 de enero de 1985 en las cercanías de San Fabián de Alico, tras acercarse a un predio perteneciente a la denominada Colonia Dignidad.
Tras el secuestro y desaparición del ciudadano estadounidense, hace ya 31 años, el gobierno de los Estados Unidos ha apoyado a Olga Weisfeiler, hermana de Boris, quien desde que se le perdió el rastro ha buscado justicia en el caso.
Tal es el apoyo por parte de Estados Unidos, que el mismo embajador del país del norte en Chile, calificó la decisión de los tribunales locales de absolver a los ocho acusados y aplicar la prescripción en este caso, como un revés frustrante.
Según dice el comunicado enviado desde la embajada, “Estados Unidos y Chile comparten un fuerte compromiso con la defensa de los derechos humanos y aplaudimos los continuos esfuerzos realizados por el gobierno de Chile en la búsqueda de respuestas en este caso de larga data”.
A la vez, como Gobierno, manifestaron abiertamente su apoyo a “la apelación al fallo presentada por el abogado de la doctora Weisfeiler y por el Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior chileno“.
Lo que buscan, consigna el comunicado, es que los acusados del secuestro se mantengan como responsables, ya que “es fundamental que las víctimas y familiares puedan conseguir justicia en los casos de violaciones a los derechos humanos, sin importar cuándo esos actos hayan sido cometidos”.
De hecho, hace pocos días el embajador estadounidense en nuestro país, Mike Hammer, se reunió con Olga Weisfeiler en Chile y reiteró el compromiso de la Embajada de los Estados Unidos de seguir apoyándola mientras el caso de su hermano permanezca activo.